DESPLAZAMIENTO

Tragedia, valor y esencia del indio en Colombia

Por Juan Friede
(Para "Lecturas Dominicales") EL TIEMPO - Febrero 23 de 1964

El problema indígena está adquiriendo actualidad en Colombia, en la medida que se está despertando la conciencia social.
Los acontecimientos mundiales de los útimos tiempos han revaluado al hombre que durante centurias hemos estigmatizado despectivamente como "primitivo", "bárbaro" o "salvaje".


El problema indígena en América, surge a raíz del Descubrimiento mismo. Pero su contenido a través de los siglos ha sido siempre igual: encontrar el modo racional y eficaz de incorporar al indio a la sociedad foránea que se estaba gestando en torno suyo.

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Juan Friede - 1987
Dibujo de Hugo Barti
Tanto las autoridades coloniales como las republicanas se esforzaron por dar solución a este complejo problema con la expedición de leyes protectoras. Cientos de ellas forman las famosas Leyes de Indias de tiempos de la Colonia. Colombia tampoco se ha olvidado del indio. Desde la simpatía con que Bolívar se refiere a ellos, "esta parte más vejada de la población", hasta el reciente establecimiento de la División de Asuntos Indígenas en el Ministerio de Gobierno, varias leyes se han expedido con el objeto de protegerlos de la expoliación y de sustraerlos de la injusticia social imperante, debido a la ínfima categoría social a que han sido reducidos en virtud de la persistencia del "complejo conquistador", a través de la Colonia y de la República.

Durante siglos la incorporación del indio en la sociedad se realizaba por dos vías: la natural, biológica, mediante el mestizaje; y la artificial, impuesta con el empleo de la coacción.

La investigación histórica demuestra que ambas vías tuvieron que salvar muchos obstáculos.

Así, es muy dudosa la veracidad de la general creencia de que la india, deslumbrada por la arrogante figura del conquistador o encomendero se unía a él voluntariamente, abandonando los suyos. La historia "blanca" enumera varios casos de indias espías o traidoras a su propia raza; pero no consigna los numerosos ejemplos de indias que huían de sus "amos", los acusaban ante jueces, etc. En muchos documentos coloniales se comprueban verdaderas "cazas de indias". Entre algunas tribus las indias se suicidaban para no caer en el lecho de un conquistador. Otros documentos consignan que solo el olor de un español le hacía aborrecible. A la par que los hombres, muchas mujeres luchaban contra los invasores.

Naturalmente, es imposible ofrecer una norma general, pues la condición de la mujer variaba de tribu en tribu. A veces persistía el orden matriarcal y ella ocupaba una posición preeminente dentro de su comunidad, conservando la potestad sobre su persona. En otras tribus de patriarcado bien desarrollado, la mujer era objeto de trueque, regalo, e incluso de lo que hoy llamaríamos "préstamo". De otra parte, el significado social de las relaciones sexuales era distinto según la tribu y no correspondía a los conceptos que rigen nuestra sociedad. Tanto para los indios como para los españoles, la mujer importaba más que todo como fuerza de trabajo.

Juan de Carvajal, al ser acusado de vivir amancebado con una india, argumentaba: "Nadie en éstas partes, teniendo casa, se puede estar sin tener mujeres, españolas e indias". El valioso trabajo de Virginia Gutiérrez de Pineda, "La Familia en Colombia", debiera ser un estímulo para investigar los métodos de mestizaje durante los siglos pasados. Para mi tengo que el mestizaje fue en gran parte forzado y producto de la violencia.

Más trágico para el indio fue el otro proceso de incorporación a la sociedad, es decir, mediante la violencia o coacción. Fue esté el método generalmente utilizado para incorporarlo tanto económica como culturalmente. Tal incorporación del indio a la vida económica se realizó unilateralmente: no se trató de elevar su importancia social como productor agrícola e industrial, sino meramente aprovechar su fuerza de trabajo en favor de la sociedad instalada en América. La "incorporación" se entendió como la trasformación del indio en un eficaz trabajador-jornalero, en beneficio del hacendado, industrial, obras públicas, etc. Pero el indio, encasillado en una economía primitiva, no era apto para realizar un trabajo intensivo, aquel trabajo que produce "plusvalía", vale decir, valores sobrantes no necesarios para el sustento personal y como aporte a su comunidad; trabajo que era característico de la sociedad que le fue impuesta desde fuera, Había que destruir sus inveterados modos de vida en comunidad, sus seculares atavismos, sus costumbres y aun las bases económicas de su subsistencia, para "librarlo" y para que como "libre" ofreciera su mano de obra en el mercado de trabajo.

De ahí los enormes estragos que el trabajo como tal, ya sea por el sistema de encomienda, naboría, mita o esclavitud, ocasionó y todavía continúa ocasionando, pues no pocos sociólogos siguen entendiendo por la "incorporación" del indio la simple prestación de trabajo sin preocuparles la evolución de la comunidad indígena como núcleo productor, que con un pequeño apoyo podría progresar de tal modo que por sí mismo induciría al indio al trabajo intensivo. Pero durante la Colonia y la República se mantenía al indio en el más bajo peldaño social, se le despojaba de sus bienes, de su tierra, se anulaban sus instituciones comunales y se le oprimía con pesados tributos e impuestos, a fin de producir artificialmente a un jornalero y equipararlo con los demás jornaleros; mientras su comunidad quedaba en gran retraso respecto a la "sociedad", es decir, a la comunidad de sus explotadores, los colonos blancos y mestizos. Se utilizaba el principio de "conquista", vale decir, la explotación del indio a favor del colono, una política a corto plazo, que confundía la verdadera integración a la sociedad y el derecho de participar plenamente en el general progreso económico y político de la nación, con la simple perspectiva de ofrecer su potencialidad a una comunidad ajena a la de él.

Durante la Colonia, tal sistema, pese a las leyes protectoras, causó un verdadero aniquilamiento biológico: una impresionante baja en la población aborigen. Durante la República, el procedimiento se tradujo en el mejor de los casos en una flagrante injusticia social. Pues siendo legalmente tan colombiano como sus demás connacionales no se le permitía vivir libremente, en cuanto a sus costumbres, creencias y antiguos atavismos. Se le imponía la división de sus resguardos, un sistema evangelizador y educativo de excepción, un trabajo obligatorio en obras públicas, se lo ahuyentaba a las inhóspitas selvas, etc. Y sin embargo, basta observar el cambio operado entre los coreguajes y huitotos del Putumayo en una sola   generación, para darse cuenta de que el indio cuando se le trata como a cualquier ciudadano, es tan apto para evolucionar e Integrarse a la nación como cualquiera. Si en 1945 era todavía tratado como un "salvaje" y entregado con fines de civilización a los padres capuchinos españoles, ahora, cuando desde 1952 otra misión, "La Consolata", de origen italiano, tiene bajo sus auspicios la región y no ejerce presión alguna sobre el antiguo "salvaje", es buen productor de arroz y criador de ganado, tiene relaciones comerciales con la Caja Agraria, mantiene cuenta en los bancos de Florencia, goza de crédito en el comercio, etc., sin que se lo impida su atuendo, estructura social tradicional, lengua y supersticiones.

La integración espiritual del indio a la "sociedad" se hizo con métodos similares a la económica. Las Ordenes religiosas fundadas en el Siglo XIII para difundir la fe de Cristo en Asia y África fueron encargadas también de la obra proselitista en América. Pero las únicas experiencias que pudieron adquirir en España fueron entre moros y judíos que quedaron habitando en España una vez pasada la Reconquista. Sin embargo, esos pueblos tenían desarrollados sistemas religiosos bien definidos y tan avanzados como la misma religión de Cristo y su ideología exigía para la conversión al catolicismo el empleo de métodos no aplicables a los aborígenes americanos: un abigarrado mosaico de pueblos de distinto grado de progreso material y espiritual, desde aquellos que solo breves nociones tenían sobre "el más allá", hasta los de una desarrollada y compleja cosmogonía. Ser "bárbaro" —ya lo decía Fray Bartolomé de las Casas— correspondía a la estructura social de un pueblo. Asimismo, el verdadero cristianismo, como religión espiritual avanzada, corresponde a un determinado estado del desarrollo social. Pero la labor misionera —salvo excepciones, como sucedía a veces en el caso de los jesuitas— no se preocupó de elevar las fuerzas productivas de la comunidad indígena, para que esta alcanzase un estado de progreso en que las máximas de la moral cristiana —que al fin y al cabo son la moral como tal— fueren natural consecuencia de una evolución, contentándose con la imposición coactiva de estos preceptos. Ya que la condición general del indio quedaba la misma, este solo pudo asimilar los elementos formales y externos del catolicismo, sin penetrar en sus valores intrínsecos.

De ahí que el resultado no haya podido, ser halagüeño. Después de 450 años de labor evangelizadora el indio en el mejor de los casos, es un ente híbrido, inseguro, acomplejado, en el cual las enseñanzas de la religión católica mal digeridas se entremezclan, a veces de manera poco afortunada, con sus ancestrales creencias, costumbres y supersticiones. Pues las comunidades indígenas, salvo rarísimas excepciones, como por ejemplo los Guambíanos de Silvia, viven en un estado primitivo, despreciados por la "sociedad", con anticuados medios de producción y expendio y aferrados a sus "curacas", "shamanes", "mamos" o "hechiceros", remanentes de aquellos valores espirituales que tenían en sus religiones de origen, cuyo contenido moral y filosófico es a veces extraordinario. 

El problema Indígena está adquiriendo actualidad en Colombia, en la medida que se está despertando la conciencia social en el sentido de que el indio, pese a su lengua, atuendo y costumbres, es un colombiano con los mismos derechos que los demás ciudadanos; que la sangre indígena corre por las venas de muchos colombianos; y que desde el punto de vista político el indio no constituye un elementa humano valiosísimo para hacer presente la soberanía nacional en territorios marginales, donde no ha penetrado todavía y tardará mucho en penetrar el colono blanco. Los acontecimientos mundiales de los últimos tiempos han revaluado al hombre que durante centurias hemos estigmatizado despectivamente como
"primitivo", "bárbaro" o "salvaje". Impresionados observamos cómo pueblos considerados, inferiores hasta hace poco, los cuales durante muchos siglos han vivido bajo la férula de sus "civilizadores" y en muchos tratados pseudo-científicos: antropológicos, etnográficos e históricos se nos han presentado como bárbaros, semi-humanos, con ritos exóticos y salvajes, y sus "civilizadores" se han considerado nada menos que benefactores, puesto que les aportaban la verdadera civilización, demostraron en pocos años, cuando lograron desembarazarse de sus "civilizadores", sus grandes capacidades de organización política, social y cultural, pese a bailar sus danzas rituales y a hablar un idioma "bárbaro". Su influencia cada vez mayor en el concierto de las naciones, demuestra que una cultura aunque fuera la nuestra, no puede ni tiene derecho a imponerse por medios coactivos, pues otras culturas también contienen valores insospechados. De ahí que al conservar en Colombia a pueblos como los Cunas, Goajiros, Motílones, Aruacos y otras tribus marginales, quienes lograron preservar en gran parte su intagridad y contenido espiritual a pesar de la secular presión a que fueron sometidos por las autoridades civiles y eclesiásticas, deben ser mirados con respeto y aprovechados para integrarlos en la cultura nacional.

JUAN FRÍEDE
Bogotá, febrero de 1964.
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CARTA DEL ARHUACO

Intervención de Bunkua Nabi (Ángel Mará Torres), miembro de la Comunidad Arhuaca, en Foro realizado (1973) en el Instituto de Ciencias e Investigaciones Sociales (ICIS).
Salvo unas pocas palabras confusas, el texto se acoge fielmente al original (N. del E.),
Inicia la intervención transmitiendo un saludo y mensaje de la comunidad arhuaca y de otras, donde se dan luchas por la recuperación de sus tierras.
"Mi nombre, el que me pusieron lo» españoles es Ángel María Torres y mi nombre indígena es Bunkua Nabi"... "Quiero hablarles de la lengua nuestra, la lengua mía, la lengua arhuaca. Quiero hacerles una invitación en esto que voy a decirles en mi lengua y después yo se los interpreto en español". (Aquí se expresa en lengua arhuaca, y traduce).
Nosotros no nos conocemos. Ustedes no conocen los problemas de nosotros los indígenas. Nosotros no nos conocemos, pero la tierra es una y vivimos sobre una tierra y esta tierra nos conoce a todos. De ella vivimos y por ella existimos.
El sol es uno y el nos alumbra a todos: a ustedes y a nosotros los indígenas. El agua es una y todos bebemos de ella. La brisa es una y a todos nos visita, a dondequiera que estemos.
Ustedes no conocen las luchas indígenas ni los problemas indígenas, pero si comenzamos a estudiar nuestros problemas, cada uno comenzará a conocer el problema de cada uno, ya que el Mundo, la Tierra es una y para ella nadie es extraño, el Sol es uno y para él nadie es extraño, la Luz es una y para ella nadie es extraño, el Agua es una sola y para ella nadie somos extraños.
Tenemos el problema en la Sierra Nevada, tenemos el problema de la tierra que es el principal factor a donde toda la humanidad desea existir en ella y queremos tener tierra en donde vivir y trabajar, porque es nuestra madre. Nosotros los indígenas de la Sierra Nevada venimos siendo desplazados de nuestra tierra, desde hace muchos años.
Últimamente se ha venido dando una lucha por la recuperación de nuestras tierras, de nuestros derechos.
Actualmente el problema más grave que se está enfrentando es que hemos trabajado en un lugar que se llama Sabana Crespo recuperando nuestros derechos, a donde vivieron nuestros abuelos, donde nuestros abuelos practicaban su propia ciencia. Una tierra que nos pertenece, allí hemos hecho unas casas, unas bodegas para darle así a toda nuestra comunidad más facilidad para la salida de nuestros productos y para poder entrar los artículos de primera necesidad a nuestra comunidad. Al hacer esto hemos sido atacados por los terratenientes, los grandes políticos de Valledupar (Cesar). Allí, al hacer nosotros los indígenas las casas, inmediatamente el Senador Pepe Castro fue con unos 15 policías amenazándonos y, de una vez selló las casas que habíamos hecho y puso un puesto de vigilancia militar allí. Cada uno de los indígenas va siendo bastante vigilado por el DAS y por distintas autoridades que están dominadas por él; y no solamente allí, en otros lugares se están dando casos iguales a esos, en donde los indígenas tenemos que enfrentarnos al problema. Hemos hecho denuncio pero no hemos recibido ninguna respuesta. La tierra para nosotros los indígenas es nuestra madre, como cada uno de nosotros queremos a nuestra madre y la respetamos, así queremos nosotros la tierra. Este problema se está dando en todos los lugares, allí en la Sierra Nevada, en donde habemos tres grupos indígenas, Arhuacos, Koguis y Malayos. Los Koguis y los Malayos también están pasando por este problema con los terratenientes y colonos, quienes, a pesar de que son campesinos, también nos tratan muy mal a todos los indígenas de la parte del Norte y el Occidente. Yo vivo hacia el Oriente. A pesar de que vivimos como 20.000 indígenas, 300 o 500 colonos están destruyendo las montañas que hay y que nosotros no hemos destruido, porque pensamos que el futuro ha de ser como nosotros lo queramos. Si nosotros queremos el bien para nuestro presente, también debemos querer el bien para el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos y de la generación venidera.
No queremos entregarle nuestra tierra a nuestra generación venidera, destruida. No queremos dejarle solamente los peladeros, los cerros, queremos dejarle a ellos para que ellos también puedan aprovechar de la tierra conforme nosotros queremos aprovecharla. Esa es nuestra ideología, por eso nosotros conservamos la tierra, conservamos las montañas, conservamos todo porque pensamos no solamente en nosotros, sino en nuestros hijos, en nuestros nietos y en nuestra generación venidera. Ese es el problema actualmente sobre las tierras, sobre la destrucción de las selvas, la contaminación de las aguas y nosotros actualmente estamos enfrentándonos a todo este problema, por conservar las montañas, las aguas y todo lo que es nuestro.
Digo que es nuestro porque a ellas debemos de conservarlas y si nosotros las conservamos, ellas nos sabrán mantener bien. La tierra tiene vida, las montañas tienen vida, las aguas tienen vida y tenemos que conservarlas como nosotros tenemos que conservarnos con vida.
También otro problema bastante grande respecto a las autoridades. Ninguna de las autoridades civiles, policivas y militares han querido respetar nuestra autoridad interna, ya que nuestra autoridad interna está conformada por los sabios, por los mayores, quienes entienden la comunidad, conocen la comunidad.
Nuestra autoridad interna ha sido maltratada por estas autoridades, por los alcaldes, por los gobernadores, quienes no nos entienden, quienes no entienden a la autoridad nuestra.
Ellos quieren imponernos autoridades que nosotros no conocemos, autoridades a las que nosotros no sabemos someternos, porque ellas solo están basadas por leyes que se han constituido para defender sus propios intereses. Nosotros tenemos que defender todo lo que es nuestro, nuestros derechos, tenemos que defender nuestros propios valores originados, tenemos que defenderlos porque estos son unos valores que desde siglos atrás hemos venido aprendiendo por medio de nuestros mayores. Ha sido definido de generación a generación, que los mayores nos los transmiten a nosotros.
Una de las causas de que las autoridades no nos entienden ni nos comprenden es porque ellos, en realidad, están fuera de las propias leyes, de las verdaderas leyes, las cuales nosotros entendemos y conocemos.
Las verdaderas leyes son de igualdad y comprensión los unos a los otros. Que entre nosotros no haya una dominación, que entre nosotros no haya sometimiento porque las autoridades de nosotros, ya sea el comisario, ya sea el cabildo, son iguales a cualquiera de nosotros. Allí no hay uno que sea mayor, todos somos iguales.
Actualmente los alcaldes y los inspectores han estado cambiando las autoridades nuestras por autoridades que a ellos les conviene, autoridades que les ayudan a ellos a mantener su politiquería, a mantener sus intereses económicos. También ellos han hecho que muchas gentes que no son de nuestra comunidad se mantengan en nuestras comunidades para así ellos tener la facilidad de dominarnos a todos. Actualmente estamos haciéndole frente a todo este problema.
También tenemos el problema de los parques nacionales, el parque Tayrona, también el parque de la Sierra Nevada, un lugar que es sagrado para nosotros, un lugar que desde siglos atrás nosotros lo hemos guardado, sabemos qué contienen sabemos que es la Sierra Nevada, que es las lagunas que allí hay para nosotros.
La Corporación de Turistas quiere hacer hoteles en esos lugares, hoteles en los que para nosotros nunca habrá entrada, ni para los verdaderos colombianos, ni para los que luchan por esta liberación, hoteles a donde solamente tendrán la entrada extranjeros, que también será un perjuicio bastante grande para nosotros los indígenas, para los tres grupos que conformamos allá. Porque esto está en contra de nuestra cultura, está en contra de nuestra organización. Actualmente estamos enfrentados a este problema para ver si no se hace ninguna clase de hoteles para que turistas y extranjeros lleguen a profanar nuestros lugares sagrados, a saquear nuestros lugares, a llevarse nuestra riqueza, que es una riqueza de nuestro país, una riqueza que corresponde a nuestra cultura. También esto da la entrada al Lingüístico de verano, a distintas religiones. Tenemos el problema dentro de la comunidad de hacerle frente a todos estos problemas ya que esta gente nos trae únicamente una división, logrando que no haya comprensión entre los unos y los otros. A los que comienzan a creer en otras religiones, a creer lo que les dicen los lingüísticos de verano, ya no defienden a su comunidad, defienden a los extranjeros, defienden a las religiones que no son originales, lo que significa que defienden a la gente de afuera.
Esto nos trae divisiones de incomprensión, metiéndonos distintos pensamientos de ser uno más que otro y de que uno ya comience a pensar en lo económico, de los que ya puedan tener más que los demás, y esto va en contra de nuestra misma cultura, de nuestra misma ciencia, de nuestro mismo idioma, de nuestra propia música y en contra de todo lo que es nuestro. También el Instituto de Artesanías quiere que nosotros nos dediquemos solamente a hacer artesanías, a que lo nuestro se comercialice y nosotros también estamos rechazando esto, porque hemos entendido que todos estos pensamientos distintos que nos traen, que se los va infiltrando en nuestra comunidad es para dividirnos, para que nos olvidemos de nuestra verdadera necesidad que es la tenencia de la tierra, de la comprensión de los unos con los otros.
Esta gente lo que busca es que las comunidades nos dividamos y que no nos comprendamos y que solamente nos entreguemos a comercializarnos y nos olvidemos de nuestra verdadera necesidad, la tierra.
Compañeros: Todo esto que he dicho es para denunciarlo ante el público ya que tenemos estos problemas respecto a la tierra, respecto a estos grandes terratenientes, la opresión por parte de las autoridades, la opresión para acabar nuestra cultura por medio de la Corporación Turística, por medio de distintas religiones de lingüísticos de verano, esto es para hacer una denuncia muy extensa. Este problema no se presenta solamente allá donde nosotros, sino en los distintos lugares, ya que se desconoce el problema nuestro.
También les pido sobre la necesidad de conformar una lucha unida. Debe de comprenderse que todos tenemos un problema y que este problema si lo vamos a resolver individualmente no lo vamos a ganar nunca, pero si unimos las luchas del campesino, las luchas del obrero, las luchas del estudiante y las luchas de nosotros los indígenas hay más posibilidad de que nos acerquemos a una liberación más inmediata, pero si cada uno vamos a luchar poniendo un grupo por un lado, otro grupo por otro lado, si cada uno va a luchar por una ideología distinta sin unir esa ideología de lucha, es una lucha que entre más días se nos hace más difícil, pero si comenzamos a unir esas luchas, se nos va haciendo más fácil.
Compañeros: Les exijo que de hoy en adelante todos ustedes vayan teniendo más conocimiento de los problemas nuestros, de los indígenas, de todo lo que es nuestra cultura, el por qué nosotros comenzamos a denunciar los problemas a la opinión pública. Necesitamos que los verdaderos colombianos que necesitan una liberación, comiencen también a luchar por recuperar esta cultura, nuestra propia música, nuestra propia cultura, nuestra propia ciencia, todo lo que es nuestro, todo lo que es típico, todo lo que es original, esto nos hace ser a nosotros orgullosos; yo me siento orgulloso de ser indígena y me siento orgulloso porque he entendido que no tengo una cultura y no tengo una ciencia ajena y no tengo una ciencia que me la hayan metido, una cultura dominante.
Debemos de ser orgullosos porque en Colombia todavía existe una ciencia y una cultura propia y si nosotros comenzamos a defender esa cultura, es una cultura de todos y no es solamente una cultura de nosotros los indígenas, no es solamente una ciencia de nosotros los indígenas, sino de todos los colombianos. Nosotros podemos aportar de lo que es nuestro para todos ustedes y ustedes aportarán para nosotros de lo que han aprendido ustedes, y nosotros aportaremos de lo nuestro a ustedes.

LATINOAMÉRICA INDÍGENA
Relatos y Leyendas
Ecoe Ediciones
Carlos Alzate Giraldo (Compilador)

oooooooooo

Oración por Marilyn Monroe

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Tí sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...

Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.

Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.

La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!

ERNESTO CARDENAL

"voces contra la globalizacion"


GRABADO DE THEODORE DE BRY

GRABADO DE THEODORE DE BRY
Pizarro suelta los perros, forma parte del diseño de la caratula del libro URSUA de William Ospina

THEODORE DE BRY FUE ALUMNO DE DURERO

Imágenes de América a través del Americae de Théodore de Bry (1528-1598), obra en numerosas entregas a la que dieron continuidad los herederos del autor, especialmente su hijo Johann Théodore (1561-1623). De Bry acerca a Europa una imagen recreada de América, fruto de las noticias y crónicas de viajes, entre otras las de Jean de Léry, Hans Staden, Antonio de Herrera, Sebald de Weert, Jerónimo Benzoni y fray Bartolomé de las Casas. Se trata de la visión gráfica más difundida a finales del siglo XVI y durante el XVII, hecha desde una perspectiva cultural eurocéntrica, por lo que las formas anatómicas de los indígenas y la arquitectura de las escenas no se ajustan con fidelidad a la realidad que se dice describir.


Americae forma parte de la serie de grandes viajes de De Bry y es una narración secuencial, seriada. Los libros dedicados a la conquista y colonización de los españoles, especialmente los basados en los textos de Benzoni, Novae Novi Orbis Historia, y de Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, forman parte de la llamada 'leyenda negra' (en la ilustración inferior, pobladores de Perú acusados de sodomía son devorados por los perros salvajes de Balboa).
El conjunto de estas ilustraciones es constituye una muestra excepcional de la aplicación comunicativa de la imprenta en la difusión de las novedades del mundo y de la temprana huella visual de sus trabajos.


La imágenes de los libros que se recogen, ceñidas al escenario iberoamericano, fueron editadas en diferentes entregas entre 1590 y 1634, muchas de ellas coloreadas. Se publicaron inicialmente en latín y alemán, pero su éxito obligó a sucesivas traducciones a otras lenguas.

RESCATAR LO QUE PERDIMOS

Durante la Eco-92, en Rio de Janeiro, 1600 científicos, entre los cuales había 102 Premios Nóbel de 70 países, lanzaron el documento Llamamiento de los científicos a la Humanidad. En él decían: «Los seres humanos y el mundo natural siguen una trayectoria de colisión. Las actividades humanas desprecian violentamente -y a veces de forma irreversible- el medio ambiente y los recursos vitales. Urge realizar cambios fundamentales si queremos evitar esa colisión a la que nos conduce el rumbo que llevamos».

Fue una voz en el desierto. Pero ahora, en el contexto actual, cuando los datos empíricos señalan las graves amenazas que pesan sobre el sistema de la vida, aquellas palabras adquieren actualidad. No conviene menospreciar el valor de aquel llamamiento.

Frente a la crisis ecológica podemos alimentar dos actitudes: señalar los errores cometidos en el pasado, que nos han conducido a la presente situación, o rescatar los valores, los sueños y las experiencias que dejamos atrás y que pueden ser útiles para inventar lo nuevo. Prefiero esta segunda actitud. Por eso vale la pena hacer un replanteamiento del momento presente enumerando, más que profundizando, diez puntos cruciales.

El primero es rescatar el principio de la re-ligación: todos los seres, especialmente los vivos, son interdependientes y son expresión de la vitalidad del Todo que es el sistema-Tierra. Por eso todos tenemos un destino compartido y común.

El segundo es reconocer que la Tierra es finita, un sistema cerrado como una nave espacial, con recursos escasos.

El tercero es entender que la sostenibilidad planetaria sólo estará garantizada mediante el respeto a los ciclos naturales, consumiendo con racionalidad los recursos no renovables y dando tiempo a la naturaleza para que regenere los renovables.

El cuarto es el valor de la biodiversidad, pues es la que garantiza la vida como un todo, ya que propicia la cooperación de todos con todos, con vistas a la supervivencia común.

El quinto es el valor de las diferencias culturales: todas ellas muestran la versatilidad de la esencia humana y nos enriquecen a todos, pues en lo humano todo es complementario.

El sexto es exigir que la ciencia se haga con conciencia, y que sea sometida a criterios éticos para que sus conquistas beneficien más a la vida y a la humanidad que al mercado.

El séptimo es superar el «pensamiento único» de la ciencia y valorar los saberes cotidianos, de las culturas originarias y del mundo agrario, porque ayudan en la búsqueda de soluciones mundiales.

El octavo es valorar las virtualidades contenidas en lo pequeño y en lo que viene de abajo, pues en ellas pueden estar contenidas soluciones mundiales, bien explicadas por el «efecto mariposa».

El noveno es dar centralidad a la equidad y al bien común, pues las conquistas humanas deben beneficiar a todos, y no -como actualmente- a sólo el 18% de la humanidad.

El décimo -el más importante- es rescatar los derechos del corazón, los afectos y la razón cordial, que fueron relegados por el modelo racionalista, y que es donde reside el nicho de los valores.

Estos puntos representan visiones humanas que no pueden ser desperdiciadas, pues incorporan valores que podrán alimentar nuevos sueños, nutrir nuestro imaginario y, principalmente, fomentar prácticas alternativas. Somos seres que olvidan y recuerdan, y que siempre pueden rescatar aquello a lo que no se le dio oportunidad en el pasado, para darle ahora la oportunidad de realizarse. Quien sabe si por ahí encontraremos una salida para la mortificante crisis actual.


Lonardo Boff

COMO FUERON CREADAS LA VIDA Y LA LUZ

Mito Chibcha de la creación

En el comienzo era la oscuridad. Todo estaba sumido en las tinieblas. La tierra era blanda y fría y nada crecía en ella. No había ni plantas, ni animales, ni belleza. Todo era desolación. No había hombres. Los únicos seres vivos sobre la tierra eran el dios Nemequene, su mujer y su hijo.

Nemequene quiso crear la vida y la belleza sobre la faz de la tierra. Así, tomando un poco de barro blando y frío modeló las figuras de los hombres y de los animales. Trabajó muchos días en su obra, pero los muñecos que hacía no tenían vida. No podían moverse ni respirar. Pasaron años y más años, y todavía no había sobre la tierra más que Nemequene y su familia.

Por último Nemequene llamó a su hijo y lo envió al cielo para que iluminara la tierra. El hijo de Nemequene llegó al cielo y se convirtió en Súa, el sol, para iluminar de pronto el mundo oscuro. Los brillantes rayos de Súa inundaron la tierra. El frío barro se calentó. Comenzaron a crecer hierbas, árboles y plantas. En donde antes había habido desolación, hubo lozanía y verdor. Comenzó a correr el agua, formando ríos y lagos.

Y el cálido sol puso vida en los muñecos de barro que Nemequene había hecho. Algunos de ellos se convirtieron en pájaros, que volaron y anidaron en los árboles de los bosques; otros se convirtieron en peces, que nadaron por las aguas; otros se convirtieron en animales y otros en seres humanos.

Sin embargo, las gentes creadas por Nemequene no eran del todo felices, pues la luz y el calor que Súa les prodigaba les llegaban solamente algunas horas. Cada noche, mientras Súa descansaba, volvía a reinar la oscuridad. Entonces las gentes acudieron a Nemequene y le pidieron ayuda.

Nemequene amaba a los seres que había creado y quería ayudarlos. De manera que subió al cielo y se convirtió en Chía, la luna. Así compartió la tarea de iluminar el mundo con su hijo Súa. Súa derramaba sus rayos de luz sobre la tierra de día, y Chía de noche. Desde entonces, las gentes creadas por Nemequene quedaron contentas, y nunca olvidaron de darle las gracias.

Además celebraban fiestas en honor de Súa y de Chía y a veces dedicaban sus hijos al sol y a la luna ¿amando a tales niños "Suachias" antes de darles nombres propios.

Así fue como se produjo la vida en el mundo, según lo recuerdan los chibchas, es decir, el pueblo de Nemequene.

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