DESPLAZAMIENTO

Tragedia, valor y esencia del indio en Colombia

Por Juan Friede
(Para "Lecturas Dominicales") EL TIEMPO - Febrero 23 de 1964

El problema indígena está adquiriendo actualidad en Colombia, en la medida que se está despertando la conciencia social.
Los acontecimientos mundiales de los útimos tiempos han revaluado al hombre que durante centurias hemos estigmatizado despectivamente como "primitivo", "bárbaro" o "salvaje".


El problema indígena en América, surge a raíz del Descubrimiento mismo. Pero su contenido a través de los siglos ha sido siempre igual: encontrar el modo racional y eficaz de incorporar al indio a la sociedad foránea que se estaba gestando en torno suyo.

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Juan Friede - 1987
Dibujo de Hugo Barti
Tanto las autoridades coloniales como las republicanas se esforzaron por dar solución a este complejo problema con la expedición de leyes protectoras. Cientos de ellas forman las famosas Leyes de Indias de tiempos de la Colonia. Colombia tampoco se ha olvidado del indio. Desde la simpatía con que Bolívar se refiere a ellos, "esta parte más vejada de la población", hasta el reciente establecimiento de la División de Asuntos Indígenas en el Ministerio de Gobierno, varias leyes se han expedido con el objeto de protegerlos de la expoliación y de sustraerlos de la injusticia social imperante, debido a la ínfima categoría social a que han sido reducidos en virtud de la persistencia del "complejo conquistador", a través de la Colonia y de la República.

Durante siglos la incorporación del indio en la sociedad se realizaba por dos vías: la natural, biológica, mediante el mestizaje; y la artificial, impuesta con el empleo de la coacción.

La investigación histórica demuestra que ambas vías tuvieron que salvar muchos obstáculos.

Así, es muy dudosa la veracidad de la general creencia de que la india, deslumbrada por la arrogante figura del conquistador o encomendero se unía a él voluntariamente, abandonando los suyos. La historia "blanca" enumera varios casos de indias espías o traidoras a su propia raza; pero no consigna los numerosos ejemplos de indias que huían de sus "amos", los acusaban ante jueces, etc. En muchos documentos coloniales se comprueban verdaderas "cazas de indias". Entre algunas tribus las indias se suicidaban para no caer en el lecho de un conquistador. Otros documentos consignan que solo el olor de un español le hacía aborrecible. A la par que los hombres, muchas mujeres luchaban contra los invasores.

Naturalmente, es imposible ofrecer una norma general, pues la condición de la mujer variaba de tribu en tribu. A veces persistía el orden matriarcal y ella ocupaba una posición preeminente dentro de su comunidad, conservando la potestad sobre su persona. En otras tribus de patriarcado bien desarrollado, la mujer era objeto de trueque, regalo, e incluso de lo que hoy llamaríamos "préstamo". De otra parte, el significado social de las relaciones sexuales era distinto según la tribu y no correspondía a los conceptos que rigen nuestra sociedad. Tanto para los indios como para los españoles, la mujer importaba más que todo como fuerza de trabajo.

Juan de Carvajal, al ser acusado de vivir amancebado con una india, argumentaba: "Nadie en éstas partes, teniendo casa, se puede estar sin tener mujeres, españolas e indias". El valioso trabajo de Virginia Gutiérrez de Pineda, "La Familia en Colombia", debiera ser un estímulo para investigar los métodos de mestizaje durante los siglos pasados. Para mi tengo que el mestizaje fue en gran parte forzado y producto de la violencia.

Más trágico para el indio fue el otro proceso de incorporación a la sociedad, es decir, mediante la violencia o coacción. Fue esté el método generalmente utilizado para incorporarlo tanto económica como culturalmente. Tal incorporación del indio a la vida económica se realizó unilateralmente: no se trató de elevar su importancia social como productor agrícola e industrial, sino meramente aprovechar su fuerza de trabajo en favor de la sociedad instalada en América. La "incorporación" se entendió como la trasformación del indio en un eficaz trabajador-jornalero, en beneficio del hacendado, industrial, obras públicas, etc. Pero el indio, encasillado en una economía primitiva, no era apto para realizar un trabajo intensivo, aquel trabajo que produce "plusvalía", vale decir, valores sobrantes no necesarios para el sustento personal y como aporte a su comunidad; trabajo que era característico de la sociedad que le fue impuesta desde fuera, Había que destruir sus inveterados modos de vida en comunidad, sus seculares atavismos, sus costumbres y aun las bases económicas de su subsistencia, para "librarlo" y para que como "libre" ofreciera su mano de obra en el mercado de trabajo.

De ahí los enormes estragos que el trabajo como tal, ya sea por el sistema de encomienda, naboría, mita o esclavitud, ocasionó y todavía continúa ocasionando, pues no pocos sociólogos siguen entendiendo por la "incorporación" del indio la simple prestación de trabajo sin preocuparles la evolución de la comunidad indígena como núcleo productor, que con un pequeño apoyo podría progresar de tal modo que por sí mismo induciría al indio al trabajo intensivo. Pero durante la Colonia y la República se mantenía al indio en el más bajo peldaño social, se le despojaba de sus bienes, de su tierra, se anulaban sus instituciones comunales y se le oprimía con pesados tributos e impuestos, a fin de producir artificialmente a un jornalero y equipararlo con los demás jornaleros; mientras su comunidad quedaba en gran retraso respecto a la "sociedad", es decir, a la comunidad de sus explotadores, los colonos blancos y mestizos. Se utilizaba el principio de "conquista", vale decir, la explotación del indio a favor del colono, una política a corto plazo, que confundía la verdadera integración a la sociedad y el derecho de participar plenamente en el general progreso económico y político de la nación, con la simple perspectiva de ofrecer su potencialidad a una comunidad ajena a la de él.

Durante la Colonia, tal sistema, pese a las leyes protectoras, causó un verdadero aniquilamiento biológico: una impresionante baja en la población aborigen. Durante la República, el procedimiento se tradujo en el mejor de los casos en una flagrante injusticia social. Pues siendo legalmente tan colombiano como sus demás connacionales no se le permitía vivir libremente, en cuanto a sus costumbres, creencias y antiguos atavismos. Se le imponía la división de sus resguardos, un sistema evangelizador y educativo de excepción, un trabajo obligatorio en obras públicas, se lo ahuyentaba a las inhóspitas selvas, etc. Y sin embargo, basta observar el cambio operado entre los coreguajes y huitotos del Putumayo en una sola   generación, para darse cuenta de que el indio cuando se le trata como a cualquier ciudadano, es tan apto para evolucionar e Integrarse a la nación como cualquiera. Si en 1945 era todavía tratado como un "salvaje" y entregado con fines de civilización a los padres capuchinos españoles, ahora, cuando desde 1952 otra misión, "La Consolata", de origen italiano, tiene bajo sus auspicios la región y no ejerce presión alguna sobre el antiguo "salvaje", es buen productor de arroz y criador de ganado, tiene relaciones comerciales con la Caja Agraria, mantiene cuenta en los bancos de Florencia, goza de crédito en el comercio, etc., sin que se lo impida su atuendo, estructura social tradicional, lengua y supersticiones.

La integración espiritual del indio a la "sociedad" se hizo con métodos similares a la económica. Las Ordenes religiosas fundadas en el Siglo XIII para difundir la fe de Cristo en Asia y África fueron encargadas también de la obra proselitista en América. Pero las únicas experiencias que pudieron adquirir en España fueron entre moros y judíos que quedaron habitando en España una vez pasada la Reconquista. Sin embargo, esos pueblos tenían desarrollados sistemas religiosos bien definidos y tan avanzados como la misma religión de Cristo y su ideología exigía para la conversión al catolicismo el empleo de métodos no aplicables a los aborígenes americanos: un abigarrado mosaico de pueblos de distinto grado de progreso material y espiritual, desde aquellos que solo breves nociones tenían sobre "el más allá", hasta los de una desarrollada y compleja cosmogonía. Ser "bárbaro" —ya lo decía Fray Bartolomé de las Casas— correspondía a la estructura social de un pueblo. Asimismo, el verdadero cristianismo, como religión espiritual avanzada, corresponde a un determinado estado del desarrollo social. Pero la labor misionera —salvo excepciones, como sucedía a veces en el caso de los jesuitas— no se preocupó de elevar las fuerzas productivas de la comunidad indígena, para que esta alcanzase un estado de progreso en que las máximas de la moral cristiana —que al fin y al cabo son la moral como tal— fueren natural consecuencia de una evolución, contentándose con la imposición coactiva de estos preceptos. Ya que la condición general del indio quedaba la misma, este solo pudo asimilar los elementos formales y externos del catolicismo, sin penetrar en sus valores intrínsecos.

De ahí que el resultado no haya podido, ser halagüeño. Después de 450 años de labor evangelizadora el indio en el mejor de los casos, es un ente híbrido, inseguro, acomplejado, en el cual las enseñanzas de la religión católica mal digeridas se entremezclan, a veces de manera poco afortunada, con sus ancestrales creencias, costumbres y supersticiones. Pues las comunidades indígenas, salvo rarísimas excepciones, como por ejemplo los Guambíanos de Silvia, viven en un estado primitivo, despreciados por la "sociedad", con anticuados medios de producción y expendio y aferrados a sus "curacas", "shamanes", "mamos" o "hechiceros", remanentes de aquellos valores espirituales que tenían en sus religiones de origen, cuyo contenido moral y filosófico es a veces extraordinario. 

El problema Indígena está adquiriendo actualidad en Colombia, en la medida que se está despertando la conciencia social en el sentido de que el indio, pese a su lengua, atuendo y costumbres, es un colombiano con los mismos derechos que los demás ciudadanos; que la sangre indígena corre por las venas de muchos colombianos; y que desde el punto de vista político el indio no constituye un elementa humano valiosísimo para hacer presente la soberanía nacional en territorios marginales, donde no ha penetrado todavía y tardará mucho en penetrar el colono blanco. Los acontecimientos mundiales de los últimos tiempos han revaluado al hombre que durante centurias hemos estigmatizado despectivamente como
"primitivo", "bárbaro" o "salvaje". Impresionados observamos cómo pueblos considerados, inferiores hasta hace poco, los cuales durante muchos siglos han vivido bajo la férula de sus "civilizadores" y en muchos tratados pseudo-científicos: antropológicos, etnográficos e históricos se nos han presentado como bárbaros, semi-humanos, con ritos exóticos y salvajes, y sus "civilizadores" se han considerado nada menos que benefactores, puesto que les aportaban la verdadera civilización, demostraron en pocos años, cuando lograron desembarazarse de sus "civilizadores", sus grandes capacidades de organización política, social y cultural, pese a bailar sus danzas rituales y a hablar un idioma "bárbaro". Su influencia cada vez mayor en el concierto de las naciones, demuestra que una cultura aunque fuera la nuestra, no puede ni tiene derecho a imponerse por medios coactivos, pues otras culturas también contienen valores insospechados. De ahí que al conservar en Colombia a pueblos como los Cunas, Goajiros, Motílones, Aruacos y otras tribus marginales, quienes lograron preservar en gran parte su intagridad y contenido espiritual a pesar de la secular presión a que fueron sometidos por las autoridades civiles y eclesiásticas, deben ser mirados con respeto y aprovechados para integrarlos en la cultura nacional.

JUAN FRÍEDE
Bogotá, febrero de 1964.
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El Quimbo, Un Atentado Contra La Cultura Del Alto Magdalena

Lea Que es el Quimbo
Los habitantes del Huila y el sur de Colombia en general, no podemos ser actores pasivos frente al atentado que pretende perpetrar por parte de una multinacional española con la anuencia del Gobierno nacional contra la cultura, el medio ambiente, el derecho a la propiedad, a una vida digna y al patrimonio de cientos de familias campesinas con la construcción de la Hidroeléctrica del Quimbo en el centro del departamento.
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Colombia: el Quimbo, camino a la privatización del río Magdalena - 12/08/2011
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Martes, 10 de febrero de 2009 a las 21:37

Los habitantes del Huila y el sur de Colombia en general, no podemos ser actores pasivos frente al atentado que pretende perpetrar por parte de una multinacional española con la anuencia del Gobierno nacional contra la cultura, el medio ambiente, el derecho a la propiedad, a una vida digna y al patrimonio de cientos de familias campesinas con la construcción de la Hidroeléctrica del Quimbo en el centro del departamento.

La inundación de 8.500 hectáreas de terreno, 5.000 de ellas cultivadas y el resto altamente productivas, para la construcción del proyecto, no solamente significa que las familias campesinas que actualmente habitan allí, entrarán a formar parte de los millones de desplazados que hoy engrosan los cordones de miseria en todas las regiones de Colombia, sino la entrega de la soberanía nacional de manera incondicional por parte del gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez a las compañías multinacionales.

El proyecto, tal como esta concebido, afectará de manera significativa el comportamiento cultural, social y económico, es decir la vida, no solamente de quienes tendrán que abandonar por la fuerza su terruño y medio de supervivencia, sino de todos los habitantes del macizo colombiano, pues se estará afectando la columna vertebral de la nación, el rio Magdalena.

No podemos permanecer indiferentes ante la pretensión de convertir al departamento del Huila en un inmenso espejo de agua de donde solamente saldrá energía para impulsar el crecimiento de las grandes empresas internacionales mientras nuestras comunidades se hunden en la pobreza y la miseria, como ocurrió con los campesinos de Hobo, Yaguará y las demás poblaciones afectadas con la construcción de las hidroeléctrica de Betania. Por todos es sabido que el anunciado desarrollo económico, social y cultural nunca llegó a esas poblaciones y por el contrario sus economías se vieron seriamente diezmadas.

Los medianos ganaderos que no abandonaron la región se vieron obligados a convertirse en pescadores, los pequeños productores en canoeros y la gran mayoría en desplazados en los municipios y ciudades cercanas. Su cultura y su vocación agrícola y ganadera fueron abruptamente cercenadas sin ningún tipo de compensación.

El impacto cultural que se avizora de darse la construcción del devastador proyecto El Quimbo, será mucho más grande, dada su mayor envergadura y las características geográficas de su localización.

La región del alto Magdalena, denominado Yuma por las comunidades ancestrales, que significa “Rio Amigo”, es también cuna de la cultura Ullumbe, ( Agustiniana) cuya zona de influencia ha sido declarada como patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco desde 1995 junto a la región de Tierradentro, las cuales se ven seriamente amenazadas por la construcción de este Mega-proyecto hidroeléctrico.

Según la propia EMGESA, en la zona que será inundada para su construcción, contiene 78 áreas de interés arqueológico, “distribuidas por toda el área del Proyecto correspondiendo esencialmente a lugares de vivienda, algunas de ellas utilizadas con fines funerarios, las cuales albergan evidencias pertenecientes en su mayoría al Período Reciente definido para el Alto Magdalena (800 -1600 d. C) y unas pocas del Período Clásico Regional (100 a. C. – 800 d.C.)”.

En el área, dice el mismo estudio, se detectaron tres estaciones de arte rupestre (petroglifos), todas ellas ubicadas a lo largo del río Magdalena. “Cabe destacar que el estudio realizado en estas áreas solo comprende excavaciones superficiales basadas en la información entregada por la comunidad y no a un estudio científico ordenado por el ministerio de cultura de Colombia.

Del total de las 78 áreas de interés arqueológico registradas cinco no se verán afectadas por las obras del Proyecto, por tal razón se puede concluir que el impacto sobre el Patrimonio Arqueológico será fuerte, concluye el estudio.

Lo anterior indica que un invaluable número de vestigios arqueológicos, cuyo valor histórico y significado aun no se ha evaluado, quedará sepultado bajo millones de metros cúbicos de agua y con ellos parte de nuestra identidad.

FUNDAMENTOS NORMATIVOS

Según la ley 387 de 1997 es obligación del Estado y de las personas valorar, proteger y difundir el Patrimonio Cultural de la Nación.

La norma, en su Artículo 6º, “Son bienes integrantes del patrimonio arqueológico aquellos muebles o inmuebles que sean originarios de culturas desaparecidas, o que pertenezcan a la época colonial, así como los restos humanos y orgánicos relacionados con esas culturas. Igualmente, forman parte de dicho patrimonio los elementos geológicos y paleontológicos
relacionados con la historia del hombre y sus orígenes.

También podrán formar parte del patrimonio arqueológico, los bienes muebles e inmuebles representativos de la tradición e identidad culturales pertenecientes a las comunidades indígenas actualmente existentes, que sean declarados como tal por el Ministerio de Cultura, a través del Instituto Colombiano de Antropología, y en coordinación con las comunidades indígenas.

El particular que encuentre bienes arqueológicos deberá dar aviso inmediato a las autoridades civiles o policivas más cercanas, las cuales tendrán como obligación informar del hecho al Ministerio de Cultura, durante las veinticuatro (24) horas siguientes.

El Ministerio de Cultura determinará técnica y científicamente los sitios en que puede haber bienes arqueológicos o que sean contiguos a áreas arqueológicas, hará las declaratorias respectivas y elaborará el Plan Especial de Protección a que se refiere el artículo 10, numeral 3 de esta ley, en colaboración con las demás autoridades, organismos del nivel nacional y entidades territoriales.

En el proceso de otorgamiento de las licencias ambientales sobre áreas declaradas como Patrimonio Arqueológico, las autoridades ambientales competentes, consultarán con el Ministerio de Cultura, sobre la existencia de áreas arqueológicas y los planes de protección vigentes, para efectos de incorporarlos en las respectivas licencias.

El Ministerio de Cultura dará su respuesta en un plazo no superior a 30 días calendario.

IMPACTO PSICOLOGICO Y EMOCIOCIONAL

La mayoría de los seres humanos, no obstante registrar migraciones a lo largo de la historia, siempre han buscado asentamientos permanentes donde con el paso del tiempo va construyendo paulatinamente unos ancestros, y unas formas culturales, de las cuales han surgido en todas las sociedades, desde las más nativas hasta las más recientes las leyendas, mitos y demás manifestaciones que son las que construyen un sentido de vida que identifica la cultura de cada pueblo o región.

Cuando por alguna circunstancia tales como cataclismos, terremotos u otros fenómenos a veces provocados por el mismo ser humano, obligan a emigrar esos asentamientos a otros lugares, se presenta un impacto emocional y psicológico que causa secuelas a veces insuperables, sobre todo para las personas en edades comprendidas entre los siete y los noventa años de edad. Así está demostrado en las estadísticas de los últimos estudios sociológicos y psicológicos que se han realizado en diferentes partes del mundo.

El ser humano por naturaleza, desde el mismo útero de la madre va construyendo un sentido de pertenencia, que después de los dos años de vida se hace más intensivo, aun para aquellos infantes que se forman en ambientes sociales propicios para compartir en comunidad, que se conserva y se prolonga durante todo el resto de su vida. Sentido de pertenencia como cuando se obtienen bienes muebles o inmuebles, que con el paso del tiempo son difíciles de desprender de la psiquis del ser humano, y que cuando esto sucede, causadas por algún fenómeno natural, violento o provocado, traumatiza esa mente individual, cuyas secuelas pueden llevar al individuo a veces a contraer enfermedades mentales difíciles de corregir por la sicología moderna.

Los habitantes aledaños al lugar donde se pretende construir este proyecto hidroeléctrico, han construido a lo largo de varios siglos un entorno social con un gran sentido de pertenencia, que han heredado por varias generaciones, y han elaborado a su alrededor todo un proyecto de vida, que al ser modificado bruscamente como se pretende, provocará un impacto emocional, psicológico y cultural de dimensiones irreparables, de cuyas consecuencias nadie se ha preocupado por medir, ni mucho menos cómo se podría corregir, si es que existe alguna posibilidad, ni con el trascurrir del tiempo, ni en sus lugares donde tendrán que comenzar a vivir de nuevo.

La construcción de esta represa, se constituye en otra modalidad de desplazamiento forzado que se suma a los desplazamientos ocasionados por la violencia en nuestro país, el cual ocupa el segundo lugar en el mundo después de Ruanda en el África.

IMPACTO EN LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS Y PALENTEOLÓGICOS

En las márgenes del hermoso río de La Magdalena, lo mismo que en sus afluentes, esta conservado y podríamos decir que contenida la historia geológica, arqueológica, en rocas colmadas de significado, donde en su letra muerta hay un inmenso contenido de conocimiento del pasado. Todas las claves de sus escritos están en nuestro río aun sin descifrar.

Hoy se encuentran en el olvido, de insistirse en la construcción del proyecto, quedaran sepultadas sin que podamos tener conocimiento de su riqueza cultural.

De presentarse la migración con la correspondiente reubicación en el lugar denominado Llano de La Virgen, jurisdicción del municipio de Altamira, se afectarían los yacimientos fósiles que reposan en esa región, cuyos hallazgos fueron reconocidos por el científico y paleontólogo GONZALO CORREAL, en reciente visita que realizó a finales del año 2008.

BONDADES DEL PROYECTO

La multinacional EMGESA pretende hacer creer que la construcción de esta clase de proyectos, generan desarrollo, en torno a la devastación, cuando en realidad lo que se está haciendo es un hecho político siguiendo el ya decadente modelo neo-liberal de globalización de la economía.

Hace treinta años cuando se construyó la Hidroeléctrica de Betania, con inversión del Estado, se le dijo a la comunidad tanto del departamento del Huila, como del resto del país, que este proyecto generaría muchísimo empleo, no solamente durante la construcción de la obra civil, sino posteriormente, convirtiendo dicho lugar en un paraíso turístico y de pesca, lo que desarrollaría y mejoraría la calidad de vida de quienes vinieran a residir cerca de ese lugar.

Sin embargo, nada de eso se logró, y con el transcurso de los años la empresa fue feriada al mejor postor, cuyos dineros por concepto de la venta y regalías nadie sabe donde se invirtieron. El lugar de Betania no es hoy un lugar turístico, salvo uno que otro visitante que llega, pues no es atractivo para nadie; la pesca sique siendo artesanal y muy pobre, lo que genera pobreza y miseria a quienes hoy todavía viven a su alrededor.

Ese mismo cuadro de miseria será el que a futuro se presentará con el Quimbo, pues a las multinacionales lo único que les interesa es sus ganancias, menoscabando la calidad de vida de los lugares donde construyen sus empresas.

CAUSAS GEOLOGICAS A FUTURO

En estudios que se han realizado por parte de grandes científicos de las disciplinas de la geología, sismología y vulcanología de grandes universidades del mundo, han demostrado con estadísticas que la construcción de enormes represas hidrográficas pueden causar con el tiempo, terremotos en otros lugares del planeta, debido al volumen de agua que se acumula en un lugar determinado, el cual causa desequilibrio en las placas tectónicas.

QUE SE PRETENDE A FUTURO

Sería muy importante conocer a cuántos años se ha firmado el contrato de concesión de este proyecto, y si en el mismo está incluida la explotación de los recursos hídricos, lo que nos llevaría a preguntarnos si en unos veinte años tendremos que comprarle nuestra propia agua a las empresas españolas.

Ponencia presentada por los integrantes de la TERTULIA LA EMBARRADA DE PITALITO.

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Manuel Quintin Lame Chantre

"Los pensamientos del Indio que se educó dentro de las selvas Colombianas"

(Cuenta su biógrafo, que orgulloso de su potencia sexual y de su gran prestigio, permitió que las jóvenes indígenas de la región se acostaran en su lecho para ser preñadas; éstas eran llevadas a la casa del vigoroso Quintín por sus padres con el objetivo de perpetuar su descendencia, ya que era considerado dentro de la comunidad indígena un ser divino, un enviado de los dioses. Ésta fue la época gozosa y apacible de su vida. Se dedicó a terminar de escribir el libro El pensamiento del indio que se educó en las selvas colombianas, publicado más tarde con el título En defensa de mi raza. Pero esta “vida regalona” no duraría mucho. La cercanía de las nuevas elecciones y la oleada de violencia que trajo consigo, cambiaron de nuevo su rumbo.)

"Yo conocí la nube del engaño de mis compañeros, hombres no indígenas, allá en el bosque y en las selvas que me vieron nacer el 31 de octubre de 1887. Y esa nube de engaños, con que se quiso destruir la sementera de Quintín Lame, era como una pirámide de hielo que ha venido consumiendo la labranza del cultivador. En esta lucha sólo me acompañaba la sombra de mi fe, de mi esperanza y de mi caridad hacia mi raza proscrita y perseguida desde el día 12 de octubre de 1492".

"Yo siempre miré como cosa santa y heroica, el no acatar la injusticia y la iniquidad, aun cuando llevase la firma del más temible juez colombiano. La historia marcará mi nombre delante de los voluminosos cargos que aparecen en los juzgados, las alcaldías y las gobernaciones de los departamentos del Cauca, del Huila, de Caldas y del Tolima..."

"Pero el blanco es enemigo acérrimo del indígena que no golpea a la puerta del engaño; que no quiere las promesas que le venden barato; que huye del empleado público, quien se une con el latifundista, y con el abogado, para hacerle perder la finca y el semoviente."

"Los hombres no indígenas del departamento del Cauca, unidos, pidieron se me condenara al panóptico de Tunja."

"Y yo conservo una carta del doctor Marco Fidel Suárez, fechada el 11 de agosto de 1912, cuando él era Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, y que dice: "Señor Quintín Lame, Cárcel de Popayán. Está usted en el camino de hacerse muy grande, como se hicieron otros indígenas en otras tierras. Conserve esa fe personal en todos sus actos, etc., etc."

"Y hoy es el día en que suelto la paloma torcaz, para que vuele llevando el olivo de mi pensamiento convertido en idea y sea conocido por todos los hombres que me han odiado y me odian deseándome la muerte."

"Yo no puedo enorgullecerme de que hice estudios en escuela o en un colegio. Pues cuando le pedí la educación a mi padre señor don Mariano Lame, y que me mandase a la escuela, me consiguió una pala, una hacha, un machete, una hoz y un güinche, y me mandó con mis siete hermanos a socolar y derribar montañas."

"Porque la Naturaleza me ha educado, como educó las aves del bosque solitario, que allí entonan sus melodiosos cantos y se preparan sabiamente para construir sus casuchitas, sin maestro. Y me cantaban las aves. Y la misma naturaleza me acariciaba y me regaba con flores, hojas y gotas de rocío, cuando recibía el beso maternal de mi madre, que en paz descanse."

"Yo he sido encarcelado en el Tolima ciento ocho veces por los hombres no indígenas, y en ninguna de esas ciento ocho prisiones necesité de abogado o defensor ante los cuatro mil y tantos mentirosos, cohechadores y perjuros de raza blanca y mestiza, unidos con los investigadores, con los jueces y alcaldes, con sus Concejos y secretarios".

"De los nombres que se consagraron para defender con su autoridad la casa de Dios, pocos o ninguno son los que cumplen el mando del que fue sacrificado en la Cruz. Porque varios sacerdotes odian al indígena y acatan al blanco, sin tener en cuenta que el sacerdote es un redil que encierra las ovejas por medio del cariño y de la bondad que enseñó Dios a los apóstoles cuando junto con ellos subió al Monte".

"La jurisprudencia que yo aprendí fue enseñada allá en los campos de lucha, donde me acompañaba ésa imagen que iba alzando el vuelo de imagen en imagen, y que yo miraba hoy mas bella que ayer y que pensaba sería más bella mañana que lo es hoy".

"Pues yo soy indígena, legítimamente indígena, y por esto me siento orgulloso, porque por mis venas no corre todavía sangre española, gracias a mi Dios".

"Así es que la política es como las aves de rapiña cuando tienen banquete. Porque, el que menos, truena con la palabra, con la pluma, etc., ofreciendo al ignorante campesino indígena lo que no tiene; inventando, como el enamorado engaña con dulces palabras a su enamorada, hasta el momento en que queda y satisfecho y la mujer ya no es señorita, ya no es dama, ya todo el mundo la desprecia. Así son los días de la política para el pobre campesino indígena, que baja a las urnas para que más tarde los Representantes no se acuerden de las promesas hechas a él".

"Los unos dicen que, como conservadores, hay que ir a defender la Iglesia y la Religión. Mentiras: la Iglesia está defendida por Dios. Si la Iglesia cae en manos de sus enemigos, es por la poca fe y el desorden de sus hijos."

"¿Por qué no se encuentra hoy en Colombia una estatua de un Atahualpa o de un Bochica? Por qué Colombia ha sido y es la mansión del odio y de la envidia contra el indígena."

"El indio es aborrecido del blanco, es odiado de muerte. El indio no puede ir en compañía del blanco a un café, a un hotel o a una mesa de convite, por arreglado que tenga el vestido. El blanco se rebaja ante los suyos: es mirado de los suyos con soberbia, mucho más cuando el indígena ha penetrado en el jardín de la ciencia y el blanco queda por fuera, sin poderlo penetrar".

"Todos hablan de sus claustros de educación. Por esta razón yo también debo hablar de los claustros donde me educó la naturaleza.

Ese Colegio de mi Educación es el siguiente:

El primer libro fue el ver cruzar los cuatro vientos de la tierra.

El segundo libro fue el contemplar la mansión del cielo.

El tercero fue el ver nacer la estrella Solar en el Oriente y verla morir en el Ocaso, y que así moría el hombre nacido de mujer.

El cuarto fue contemplar la sonrisa de todos los jardines, sembrados y cultivados por esa Señorita Naturaleza, que viste un traje azul y que se corona ella misma de flores y se perfuma en su tocador interminable.

El quinto libro fue el coro interminable de cantos.

El sexto libro ese bello libro de la zoología montés.

El séptimo libro fue el oír atentamente esa charla que forman los arroyos de agua en el bosque.

El octavo libro fue el idilio.

El noveno fue el verdadero Libro de los Amores.

El décimo libro fue el libro del reglamento armónico que tiene la naturaleza en el palacio de sus tres reinos.

El undécimo libro fue el de la agricultura y de quienes son dueños de sementeras y labranzas.

El duodécimo libro fue el libro de la ganadería montés."

Finales de 1967. En un pequeño rancho destartalado, a las afueras de Ortega, se aquietó para siempre la lucha, la inquietud, la robusta figura del Indio luchador. No sonaron los tres dobles de campana, ni se abrió el cementerio, porque no se reunieron los 5 y los 15 pesos reclamados por la Parroquia. ¿Qué hacer? Pronunciar por los labios de los pocos y ya viejos amigos que quedaban ese caritativo "dale, Señor, el descanso eterno... Y que brille para él la luz perpetua..." Luego sobre huesudos hombros, llevarlo a una lomita marginal del río Ortega, abrir clandestinamente el hueco-sepultura, y colocar allí tanta vida, tanta rebeldía, tanta fantasía, tanta América.

DIBUJO DE HERNAN MERINO
TEXTO "La última voz de una raza", Quintin Lame, Por Gregorio Hernández de Alba. (FRAGMENTO) TOMADO DE LECTURAS DOMINICALES - EL TIEMPO - ENERO 21 DE 1968 - PAGINA 2.

Conmemoración de los 400 años del Descubrimiento de América. !

Tesoro artístico "OBSEQUIADO" en el año 1892

El tesoro está integrado por quince kilos, obras que responden a necesidades rituales y funerarias. En su inventario hay doce clases de objetos, clasificados así:

Seis estatuillas, una cabeza, dos instrumentos musicales de viento, once recipientes o "poporos", dos cuencos, ocho alfileres, una corona, seis cascos, 21 narigueras, 31 orejeras, once collares, cinco cascabeles, seis pendientes y nueve pasadores.

Estéticamente, las obras de mayor interés son las estatuillas desnudas masculinas o femeninas, de pie o sedentes; pequeñas esculturas áureas de bulto redondo, huecas, modeladas previamente en cera y luego fundidas con la destreza característica que lograron los quimbayas en la representación del cuerpo humano, caracterizado por el modelado anatómico muy esquemático, mediante formas simples y macizas, pero haciendo especial énfasis en el tratamiento de la cabeza, de acentuado naturalismo en la ejecución de rasgos faciales. Es de advertir que estas figuras son huecas porque, a la vez, son recipientes.

El tesoro también cuenta con los clásicos "poporos", de formas globulares que representan frutos, o de formas esquemáticas y redondas, y algunos decorados con figuras.


Los Quimbayas
Históricamente, el nombre "quimbaya" corresponde a uno de los numerosos cacicazgos indígenas en el Cauca medio, región que por extensión se llamó "provincia de quimbaya". Actualmente, este nombre designa los diferentes estilos precolombinos del antiguo Caldas, norte del Valle y sur de Antioquia. Paralelamente a la colonización antioqueña del Quindío, se produjo una intensa actividad de "guaquería" y el interés de los primeros estudiosos que analizaron la cerámica, figuras modeladas y orfebrería quimbayas, generalizando su nombre.
Desde esa época comenzaron a salir del país valiosas obras, dispersándose por los más importantes museos del mundo, como el Británico de Londres, el Etnográfico de Berlín, el de Madrid, y también en museos de universidades norteamericanas.
Gracias a la arqueología, sabemos ahora que las obras quimbayas corresponden por lo menos a cuatro ocupaciones distintas de la región y que el tesoro pertenece a la segunda ocupación, entre los siglos IV y X, de los llamados "quimbayas clásicos".

El primer tesoro de los Quimbayas, hace 115 años fue obsequiado a España.

El 20 de julio de 1892, el presidente de Colombia Carlos Holguín Mallarino (*), en su mensaje al Congreso, dice de esta colección:

"Es la más completa y rica colección de objetos de oro que habrá en América, muestra del grado de adelanto que alcanzaron los primitivos moradores de nuestra patria.

La hice comprar con ánimo de exhibirla en las Exposiciones de Madrid y Chicago y obsequiársela al Gobierno español para un museo de su capital, como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela y la liberalidad con que hizo todos los gastos que tal estudio requería.

Como obra de arte y reliquia de una civilización muerta, esta colección es de un valor inapreciable."

Otra parte del mismo tesoro, compuesto por 74 piezas quimbayas, fue entregada a la ciudad de Chicago con ocasión de la celebración que se hiciera por la misma época en los EEUU por el descubrimiento de América.

(*) La venta de Panamá llegó a su fín en 1909 durante la presidencia del general Jorge Holguín Mallarino, (Hermano de Carlos Holguín Mallarino y los dos,* sobrinos de Manuel María Mallarino Ibargüen presidente de la Nueva Granada 1855-1857) por un puñado de dolares para la arcas del partido conservador colombiano. Fué reelegido para el período 1921-1922 *Tios abuelos de Carlos Holguín Sardi, actual ministro del interior y de justicia.




Inauguración de la Exposición Histórico-Americana, del IV Centenario del Descubrimiento, en las escalinatas del Museo Etnográfico de Madrid, el 12 de octubre de 1892, por la reina María Cristina de Habsburgo, acompañada por los reyes de Portugal, Luis I de Braganza y María Pía de Saboya. Grabado de "La Ilustración Española y Americana".
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Por: Pablo Gamboa Hinestrosa
Tomado de: Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia). Edición 30 Junio de 1992

Al producirse la migración antioqueña hacia el Quindío, en el último cuarto del siglo XIX, bajo la presión de continuas guerras y revoluciones y en búsqueda de tierras fértiles, se produjo como consecuencia un rápido crecimiento de poblaciones como Pereira, Armenia y Calarcá; se fundaron nuevos centros urbanos, y tuvo gran auge la "guaquería".
De esta manera, en 1878 se fundó Filandia, y trece años más tarde, en el sitio de La Soledad, fueron descubiertas y saqueadas dos sepulturas con una copiosa ofrenda de orfebrería y cerámica, que inicialmente se conoció como el "Tesoro de Calarcá", el cacique quimbaya que opuso resistencia a los españoles.
Luego se le dio el nombre de "Tesoro de los Quimbayas", con el cual el año siguiente, 1892, se haría famoso internacionalmente durante el IV Centenario del Descubrimiento de América.

Los detalles exactos del hallazgo no se conocen; es providencial el que las piezas no se dispersaran al repartirse los guaqueros el fruto de su saqueo y que no terminaran, como era costumbre, en las casas de fundición de Medellín que compraban oro para enviarlo en lingotes a Inglaterra. En 1891, cuando se descubrió el Tesoro de los Quimbayas, ya se había iniciado en Colombia la recuperación histórica del pasado indígena, siguiendo los ecos del romanticismo, que entre sus postulados incluía la búsqueda de los vestigios del pasado nacional.
Se contaba ya con estudios sobre los agustinianos (Codazzi, 1853), los chibchas y quimbayas (Uricoechea, 1854; Posada Arango, 1873; Zerda, 1882; Uribe Angel, 1885; V. Restrepo, 1892), que fueron los primeros intentos de encontrar las más lejanas raíces de la naciente nacionalidad republicana.
Los centros de estas preocupaciones fueron las ciudades de Bogotá y Medellín. Además del Museo Nacional, existían nueve colecciones particulares, destacándose las de Leocadio María Arango en Medellín, y de Santiago Vélez en Manizales. Alberto Urdaneta, en Bogotá, contaba con obras chibchas en la colección artística de su museo.
En este contexto cultural aparece el Tesoro de los Quimbayas y su descubrimiento coincide, además, con el Laudo Arbitral proferido por la Corona española a favor de Colombia en el problema de límites sobre el río Orinoco suscitado con Venezuela.

El 20 de julio de 1892, el presidente Carlos Holguín, en su mensaje al Congreso, dice de esta colección:
"Es la más completa y rica de objetos de oro que habrá en América, muestra del grado de adelanto que alcanzaron los primitivos moradores de nuestra patria. La hice comprar con ánimo de exhibirla en las Exposiciones de Madrid y Chicago y obsequiársela al Gobierno español para un museo de su capital, como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela y la liberalidad con que hizo todos los gastos que tal estudio requería. Como obra de arte y reliquia de una civilización muerta, esta colección es de un valor inapreciable."
La Presidencia de la República había adquirido el tesoro por valor de $10.000, suma cuantiosa para la época. Para conducirlo a Madrid fueron encomendados Vicente Restrepo, ex ministro de Estado y quien posteriormente publicaría su obra sobre los chibchas, y su hijo Alvaro Restrepo Tirado, notable tratadista sobre los quimbayas, integrantes ambos de la Comisión de Protohistoria Colombiana.
La participación de Colombia en la exposición, inaugurada el 12 de octubre por la reina regente de España, María Cristina de Habsburgo, con la presencia de los reyes de Portugal, fue muy destacada por los periódicos y revistas peninsulares.
La Ilustración Española y Americana reprodujo grabados de algunas de las piezas más importantes y un artículo de J. Ramón Mélida, en la edición del 8 de diciembre, en que dice:
"Por lo que a España respecta, baste recordar la brillante concurrencia de Colombia a la Exposición Hispano-Americana, la novedad y la riqueza de sus antigüedades, y muy especial la espléndida colección regalada a España, a no dudarlo, el presente más valioso que ésta ha recibido hasta el día de sus hijas allende el Atlántico."
El arqueólogo español Pérez de Barradas, conocido en Colombia por sus trabajos sobre los agustinianos y por su monumental obra Orfebrería prehispánica de Colombia, decía al respecto:
"La colección quimbaya [...] constituyó una revelación para los americanistas y fue uno de los atractivos de la exposición, puesto que tales antigüedades eran mostradas por primera vez a los amantes de la arqueología y la historia del arte."
De esta manera, cambió de escenario el Tesoro de los Quimbayas, después de permanecer oculto en la guaca de La Soledad por espacio de novecientos o mil quinientos años, si nos atenemos a que el estilo quimbaya se sitúa entre el siglo IV y el siglo X de nuestra era.
El público que desfiló en Madrid ante el tesoro se asombró ante el número y variedad de sus piezas, ante la destreza técnica y la perfección de estas formas áureas, tan exóticas y alejadas en el tiempo y el espacio de los conceptos estéticos europeos.
Gracias a la magia americana, pudo ver allí la transformación del oro en trabajos artísticos, trasladándose brevemente a la época anterior al descubrimiento mediante la creatividad de los artífices quimbayas.

En 1893 volvió a mostrarse el tesoro con motivo de la Exposición Histórico Natural y Etnográfica, en Madrid. Fue entonces cuando el presidente Carlos Holguín lo donó oficialmente a la reina María Cristina, quien a su vez lo asignó al Museo Etnográfico de Madrid. Mientras permaneció allí, la colección se exhibió en una sala especial, llamada Sala del Tesoro de los Quimbayas, y en la Feria Internacional de Sevilla, en 1929, nuevamente se volvió a exhibir en el pabellón de Colombia.

Al finalizar la guerra civil española, Madrid fue sometida a intensos bombardeos que afectaron gravemente el Museo Etnográfico y, cuando la evacuación de la capital, el tesoro que había sido empacado para ser transportado a otro lugar, estuvo a punto de perderse.
En 1942, el general Francisco Franco creó el Museo de América en predios de la Universidad Complutense, en Madrid, sitio a donde fue trasladado el tesoro.


Objetos únicos del tesoro son los instrumentos musicales y la cabeza, que es un sahumador. Igualmente los cascos son muy interesantes por su técnica de laminado, y por su decoración con motivos geométricos y figuras.
Los demás objetos son recipientes semiglobulares que imitan la forma de la totuma, alfileres con figuras, collares de figuras esquemáticas, orejeras en forma de carrete y narigueras semejantes a las que ostentan los personajes representados en las estatuillas.
Las 122 piezas del tesoro tienen especial importancia, tanto por su sistema de representación que exalta el cuerpo humano, como por el diseño, por su perfección formal y por su depurado sentido estético.
En cuanto al estilo, sin embargo, es preciso aclarar que no todas las piezas son quimbayas: hay alfileres de estilo calima y pendientes del Darién.

Desde los años setenta de este siglo, el Museo del Oro del Banco de la República y el Gobierno colombiano han adelantado, gracias a las gestiones iniciales del entonces embajador en España, Belisario Betancur, una negociación sobre el Tesoro de los Quimbayas, que pretende la recuperación de nuestro patrimonio artístico. De esta reclamación es posible que, para las celebraciones del V Centenario, lleguen al Museo del Oro de Bogotá diez obras del tesoro en comodato; otras diez piezas quimbayas saldrán del Museo del Oro para el Museo de América.
Actualmente, el Tesoro de los Quimbayas está depositado en las bóvedas del Banco Central de España, en Madrid, aguardando la remodelación del Museo de América prevista para el V Centenario. Igualmente, una parte del tesoro vuelve a ser expuesta en la Exposición Universal de Sevilla.


EL NUEVO TESORO QUIMBAYA
Es bien conocida la historia del famoso "Tesoro de los Quimbayas" hallado hacia finales del siglo pasado en Filandia (Caldas) y posteriormente adquirido por el Gobierno Nacional para ser donado a la Corona de España.
Desde entonces no se había realizado otro hallazgo similar y no se tenía en el país un conjunto tan notable por su calidad y magnitud.
Diversas conversaciones adelantadas en años recientes con el Gobierno Español tendientes a recuperar al menos parte del tesoro no han logrado aún resultados. De allí, pues, que el hallazgo de un nuevo conjunto orfebre Quimbaya Clásico revista tanta importancia y sea recibido con tanto júbilo.
El conjunto recientemente adquirido por el Banco de la República para la colección del Museo del Oro consta de doce piezas que constituyeron, al parecer, el ajuar funerario de dos individuos.
Se encuentran dos cascos repujados, dos diademas de lámina martillada, dos recipientes para cal (poporos) ovoides, cuatro cuellos (parte superior) de poporos, uno de ellos decorado con cuatro esferas, que se fijaban a calabazos, un poporo semicircular y un poporo antropomorfo que representa a una mujer sentada y decorado con placas colgantes.
A excepción de las diademas y los cascos, todas las piezas fueron elaboradas por la técnica de la cera perdida utilizando núcleos sostenidos mediante tabiques. El tamaño y forma de las piezas hizo necesaria la construcción de múltiples canales para la entrada del metal fundido al molde.
Todas estas características hacen que el nuevo tesoro de los Quimbayas sea, no sólo un espectacular conjunto artístico, sino también un apasionante objeto para el estudio de la metalurgia prehispánica.

LAS HUELLAS DE LOS ANTIGUOS


" Sobre el Gran Macizo Colombiano donde nacen las tres cordilleras que enriquecen el clima del país de sur a norte y las aguas de sus grandes rios: El Magdalena, El Caquetá, El Patía y el Cauca, tenemos un legado arqueológico de arte monumental megalítico, heredad de un atrás de espíritu ciclópeo, erigido en memoria del nacimiento de un hombre:

El hombre Chibcha !... "

Luis E. Galindo R.
ASTRONOMIA AZTECA MAYA CHIBCHA
DE BOCHICA A QUETZALCOATL - Pag.93

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Fragmento de la introducción del libro
LA CIVILIZACION CHIBCHA
Autor: Miguel Trina

Quienes creen abstractos y sin aplicación actual los estudios prehistóricos de que se ocupa este libro, no se han puesto a pensar que los indígenas de esta altiplanicie, pasados, presentes y futuros, son el fruto indefectible de la tierra y que hacia su forma física, intelectual y moral van en lucha más o menos dolorosa de adaptación y modificándose por el mestizaje los elementos de raza blanca que les disputan el campo.

Si los Chibchas precolombinos disfrutaban de un apacible estado de civilización en el orden moral e intelectual por haber equilibrado con el medio su complexión física, es seguro que merced a los beneficios del cambio de ideas que les ofreciera el trato y la comunicación con otros pueblos más adelantados, bajo un régimen de cordialidad comercial de todo orden, hubieran sido capaces de asimilarse una civilización superior, creciente y sólida, por la incrementación de sus conocimientos y por la rectificación diaria de sus modalidades.

Si, encerrados dentro de fronteras estrechas sin comunicaciones de intercambio mental con otros pueblos a través de largos siglos de aislamiento pudieron concebir un sistema del universo de apariencia racional; si coordinaron una teogonía de alcances morales; si lograron un concepto idiomático filosófico; si idearon una forma de expresión gráfica para perpetuar las ideas; si perfeccionaron sus industrias necesarias y llegaron a establecer el régimen monetario; si reglamentaron el principio de propiedad y establecieron sanciones contra sus detentadores; si sintieron la moralidad de la vida y decretaron un código de conducta; si fundaron el gobierno sobre el principio de autoridad; en una palabra, si se constituyeron en nación como entidad consciente, echaron las bases sólidas de una civilización creciente e indefinida, prolegómenos por que pasaron todos los pueblos del mundo que han alcanzado después, mediante la comunicación mental y el tráfico comercial con otros pueblos, los signos de cultura que hoy admiramos en las naciones más adelantadas.

El objeto inmediato de este libro es poner de manifiesto la génesis propia de las ideas matrices del pueblo chibcha, formado al tenor del terruño, bajo condiciones características de suelo y de atmósfera, las cuales continuarán indefinidamente como un troquel forjando un tipo humano sui géneris. Este libro pretende, en segundo término y como un fin mediato, echar las bases positivas de la sociología nacional, modeladas sobre la raza autóctona formada aquí por la geología y el clima, raza que se impondrá en nuestra demografía con los atavismos hereditarios, mediante el mestizaje, y por la colaboración de aquel troquel, persistente y eterno. La célula indígena que va infiltrándose en la sangre de los colonos de todos los tiempos cuenta para perpetuarse, prosperar y dominar, con la complicidad del medio físico. Lo que en recientes discusiones de biología social se llamó "degeneración de la raza" no es sino la confrontación de este proceso de infiltración indígena y de adaptación dolorosa, que ha venido a sorprender al ahora de éstas al hijo de lejanas latitudes que plantó aquí sus tiendas, sin contar con el medio extraño a sus hábitos.

Las relaciones de los cronistas de la Conquista no dan idea exacta del pueblo que encontraron los españoles en la altiplanicie. Ellas están plagadas de las más absurdas leyendas y carecen de informes positivos sobre el número de los pobladores, sobre sus costumbres, industrias y lenguaje. Minuciosas en datos sobre el mucho oro que recogieron aquí los conquistadores por el despojo y la rapiña, divagan en cuanto a ritos y creencias, atribuyendo al diablo sus consagraciones religiosas. Una crítica psicológica podría demostrar que el concepto de esta divinidad sombría era superior a la mentalidad de los escritores que de ella se ocuparon. En cuanto al idioma que recogió algún doctrinero en un vocabulario restringido al uso de las confesiones, es tan deficiente que no se encuentran en él las palabras más vulgares, como los días de la semana o los nombres de los meses, por ejemplo, al paso que se repiten en él los más contradictorios sinónimos. Falsean las relaciones de gobierno y comercio de los pueblos entre sí y niegan hasta la existencia de los caminos, para complacer la vanidad de los descubridores que cruzaron de a caballo el territorio en todas direcciones a fuer de maravillas imposibles. Otra ligera crítica del género excursionista podría poner de manifiesto los mil embustes de que están plagadas las tradiciones de los Quesadas. Los prodigios militares en que un español pone en fuga a quince mil indios de pelea y en que un grupo de 160 soldados domina una nación de dos millones de habitantes, dizque aguerridos en largas luchas bélicas entre tunjanos, guatavitas y bogotaes, en que salían al campo hasta sesenta mil combatientes, hacen sonreír a cualquier técnico que visite hoy los sitios donde sucedieron las batallas.

Sobre estas fuentes de información subsisten todavía en la actualidad comentadores que sostienen los más evidentes absurdos acerca del descubrimiento y la conquista del Nuevo Reino, sin un ligero espíritu de crítica. Y hay personas que creen en las maravillas, trasmitidas por tradición, de que se valían los encantadores chibchas para amasar el oro, para curar las enfermedades o producirlas, para indagar telepáticamente los acontecimientos, para hacerse invisibles, para perforar socavones al centro de la tierra o penetrar los monolitos, a fin de ocultar allí sus tesoros. Actualmente un párroco del valle de Sogamoso está haciendo estallar la célebre piedra de Gámeza para extraerle un tesoro que se supone oculto en sus entrañas, y un indígena señor alcalde de Saboyá mandó reventar la piedra de este nombre, en busca de una gema valiosísima que según él dejaron los Chibchas escondida envuelta en capas de arenisca. Puedo asegurar que no hay piedra de las señaladas con jeroglíficos por los indios que no haya sido violada estúpidamente por los buscadores de tesoros. No han valido contra esta ciega destrucción de los únicos documentos auténticos de la civilización chibcha, las diligencias hechas para impedirlo por la Academia de Historia, y el caso ha llegado a conocimiento de las Sociedades sabias de Europa y Norteamérica, quienes deploran esta novísima forma de salvajismo entre los descendientes de los conquistadores españoles del Nuevo Mundo.

¿A qué se deben las fantásticas ideas, subsistentes aún, de los prodigiosos conocimientos de los indios? Sencillamente a que los españoles comprobaron que los naturales conocían los secretos de la tierra que los sustentó durante millares de años y se maravillaron de esta experimental sabiduría, la que les pareció tan profunda que la atribuyeron a artes del diablo.

Brujos llamaron a los médicos yerbateros, y hechiceros a los sacerdotes encargados de los santuarios y seminarios. Reputado como un pobre empírico de las elementales ciencias médicas y meteorológicas como intérprete de una entidad tan poderosa como la del diablo, según la teología católica, se acumulaban sobre él los más fantásticos poderes, concebidos por la imaginación popular.

Y era, simplemente, que los indios por herencias indefinidas conocían el suelo del país, sus cañadas y boquerones, para trasladarse rápidamente de un punto a otro; conocían las aplicaciones de la tierra para su mejor aprovechamiento agrícola; por luenga experiencia habían deducido las aplicaciones terapéuticas e industriales de las plantas; como culto religioso observaban el sol y la luna e interpretaban como órdenes divinas su influencia en las cosechas; impulsados por la necesidad, exploraban el subsuelo para derivar de sus productos los implementos industriales y las materias primas que demandaban sus artes; y en suma, conservaban en cucas o seminarios el tesoro de su ciencia.

Eran, pues, sabios en concepto del ignorante colono, quien estimulaba su ceguedad en tierra extraña, recargándose sobre los conocimientos e industrias de sus esclavos, a quienes tiranizaba y embrutecía. El indio labraba la tierra de su nuevo amo, el indio le tejía sus vestidos, el indio le explotaba su mina, el indio le transportaba sus productos, el indio le prestaba sus artificios y le servía de auxiliar malicioso en sus aventuras: un indio ladino era como un talismán de la fortuna para el español que lo poseía.

Pero, quebrantado el régimen social que había creado este ingenioso producto; cerrados los seminarios y perseguidos por los misioneros los adoradores del diablo y los conservadores de sus ritos; desorganizado el sistema económico de las industrias indígenas y desplazados sus órganos, la eficacia productiva del indio descendió a la mera aplicación de su fuerza bruta y de su resistencia fisiológica, y del hombre inteligente se hizo una bestia de carga, cuyo rendimiento aumentaba con el número de azotes que recibía y con la merma cicatera de su alimentación. Vinieron como primeras consecuencias de este sistema tributario la fuga a los montes, el suicidio en masa en los peñascos y cuevas inaccesibles, las epidemias despobladoras, la extenuación, la degeneración y el embrutecimiento de los sobrevivientes.

Para evitar la total destrucción de la raza indígena se dictaron leyes de protección y se les destinaron sitios de resguardo, en cuyas tierras trabajaban los indios para sí y para el señor a cuyo amparo se les agrupaba bajo el cuidado de la Encomienda. Se organizó así la esclavitud sobre una responsabilidad personal y se puso el interés egoísta del amo al servicio de la supervivencia del esclavo.

El trabajo de los indios en comunidades llegó a ser la única industria de los encomenderos para sostenerse y para enriquecerse. Crear o aumentar el personal de los Resguardos por medio de indios traídos de lejanas procedencias fue un lucrativo recurso y así se constituyó la industria de casar indios en la llanura oriental y dondequiera que habían conservado su libertad para traerlos a los mercados con el nombre de macos. Los grandes feudos y latifundios de los españoles se poblaron con macos, cuyo trabajo forzado servía para constituir ricas haciendas.

Aparte del servicio sexual que es notorio en las haciendas entre patrones y mozas de la gleba, el señor de la finca y el encomendero del Resguardo se reservaban para oficios domésticos que degeneraban en otros oficios mormónicos, los mejores productos femeninos del vecindario y así prosperó rápidamente el mestizaje salvador de la demografía, pero también prostituidor de la mujer indígena.

Los hijos sin padre, crecidos a la intemperie, hambreados y harapientos que lloran bajo el alero del rancho en compañía de un gozque flaco como único guardián, mientras la madre trabaja a jornal en el lejano barbecho para suministrarles por la noche una ración de mazamorra; tal ha sido en lo general la base de la familia indígena en nuestros campos desde la época de la Conquista. Cuatrocientos años de esta germinación social, durante la Colonia y en peores condiciones, como voy a comprobarlo, durante la República, debieron arrasar, debilitar y prostituir una raza robusta, cuyas virtudes y energías quedan comprobadas con la mera supervivencia de un gran número de ejemplares y con las condiciones de moralidad que los adornan.

No abona al buen criterio del observador para apreciar las condiciones del indio actual, el espíritu de raza dominadora y superior que ciega y fanatiza al amo cruel. Sin la, benevolencia y simpatía que establece un vínculo de sensibilidad por el cual se trasmiten a nuestra alma las penas ajenas, no es posible que el victimario comprenda los dolores que está infligiendo a su víctima, y cuando se trata del dominio de razas por derecho de conquista, aquella indolencia llega a ser inconsciente y quiere justificarse a título de superioridad. El patrón que obliga a sus dependientes a un trabajo excesivo y que no les paga equitativamente; el que los castiga y ultraja; el que los explota codiciosamente, imponiéndoles condiciones gravosas en sus conciertos; el que los reduce a la ignorancia, para mejor aprovecharse de su imbecilidad; el que los mantiene en la miseria y los exprime para amasar la riqueza y dorar los esplendores de que disfruta con el sudor casi gratuito de sus trabajadores; ese tal es un agente formidable del régimen de la Conquista, aunque respire el aire benéfico de la República igualitaria y aunque hipócritamente esté afiliado al partido de la democracia. Y tal es, a grandes rasgos, lo que sucede en Colombia. ...

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MIGUEL TRIANA - Bogotá 1921
Fragmento textual de la introducción del libro La civilización Chibcha quinta edición 1984

Miguel Triana: (1859 – 1931) Ingeniero, político e historiador colombiano. Destacado debido a su interés en mejorar la enseñanza de las matemáticas en la Escuela de Ingeniería a finales del siglo XIX haciéndolas menos teóricas y más prácticas. Su propuesta no fue aceptada pero generó un debate interesante que llevó a crear el Título de Profesor en Matemáticas, título que obtuvieron cerca de 50 ingenieros entre 1891 y 1903.

AREAS LINGÜISTICAS PREHISPANICAS



CARTA DEL ARHUACO

Intervención de Bunkua Nabi (Ángel Mará Torres), miembro de la Comunidad Arhuaca, en Foro realizado (1973) en el Instituto de Ciencias e Investigaciones Sociales (ICIS).
Salvo unas pocas palabras confusas, el texto se acoge fielmente al original (N. del E.),
Inicia la intervención transmitiendo un saludo y mensaje de la comunidad arhuaca y de otras, donde se dan luchas por la recuperación de sus tierras.
"Mi nombre, el que me pusieron lo» españoles es Ángel María Torres y mi nombre indígena es Bunkua Nabi"... "Quiero hablarles de la lengua nuestra, la lengua mía, la lengua arhuaca. Quiero hacerles una invitación en esto que voy a decirles en mi lengua y después yo se los interpreto en español". (Aquí se expresa en lengua arhuaca, y traduce).
Nosotros no nos conocemos. Ustedes no conocen los problemas de nosotros los indígenas. Nosotros no nos conocemos, pero la tierra es una y vivimos sobre una tierra y esta tierra nos conoce a todos. De ella vivimos y por ella existimos.
El sol es uno y el nos alumbra a todos: a ustedes y a nosotros los indígenas. El agua es una y todos bebemos de ella. La brisa es una y a todos nos visita, a dondequiera que estemos.
Ustedes no conocen las luchas indígenas ni los problemas indígenas, pero si comenzamos a estudiar nuestros problemas, cada uno comenzará a conocer el problema de cada uno, ya que el Mundo, la Tierra es una y para ella nadie es extraño, el Sol es uno y para él nadie es extraño, la Luz es una y para ella nadie es extraño, el Agua es una sola y para ella nadie somos extraños.
Tenemos el problema en la Sierra Nevada, tenemos el problema de la tierra que es el principal factor a donde toda la humanidad desea existir en ella y queremos tener tierra en donde vivir y trabajar, porque es nuestra madre. Nosotros los indígenas de la Sierra Nevada venimos siendo desplazados de nuestra tierra, desde hace muchos años.
Últimamente se ha venido dando una lucha por la recuperación de nuestras tierras, de nuestros derechos.
Actualmente el problema más grave que se está enfrentando es que hemos trabajado en un lugar que se llama Sabana Crespo recuperando nuestros derechos, a donde vivieron nuestros abuelos, donde nuestros abuelos practicaban su propia ciencia. Una tierra que nos pertenece, allí hemos hecho unas casas, unas bodegas para darle así a toda nuestra comunidad más facilidad para la salida de nuestros productos y para poder entrar los artículos de primera necesidad a nuestra comunidad. Al hacer esto hemos sido atacados por los terratenientes, los grandes políticos de Valledupar (Cesar). Allí, al hacer nosotros los indígenas las casas, inmediatamente el Senador Pepe Castro fue con unos 15 policías amenazándonos y, de una vez selló las casas que habíamos hecho y puso un puesto de vigilancia militar allí. Cada uno de los indígenas va siendo bastante vigilado por el DAS y por distintas autoridades que están dominadas por él; y no solamente allí, en otros lugares se están dando casos iguales a esos, en donde los indígenas tenemos que enfrentarnos al problema. Hemos hecho denuncio pero no hemos recibido ninguna respuesta. La tierra para nosotros los indígenas es nuestra madre, como cada uno de nosotros queremos a nuestra madre y la respetamos, así queremos nosotros la tierra. Este problema se está dando en todos los lugares, allí en la Sierra Nevada, en donde habemos tres grupos indígenas, Arhuacos, Koguis y Malayos. Los Koguis y los Malayos también están pasando por este problema con los terratenientes y colonos, quienes, a pesar de que son campesinos, también nos tratan muy mal a todos los indígenas de la parte del Norte y el Occidente. Yo vivo hacia el Oriente. A pesar de que vivimos como 20.000 indígenas, 300 o 500 colonos están destruyendo las montañas que hay y que nosotros no hemos destruido, porque pensamos que el futuro ha de ser como nosotros lo queramos. Si nosotros queremos el bien para nuestro presente, también debemos querer el bien para el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos y de la generación venidera.
No queremos entregarle nuestra tierra a nuestra generación venidera, destruida. No queremos dejarle solamente los peladeros, los cerros, queremos dejarle a ellos para que ellos también puedan aprovechar de la tierra conforme nosotros queremos aprovecharla. Esa es nuestra ideología, por eso nosotros conservamos la tierra, conservamos las montañas, conservamos todo porque pensamos no solamente en nosotros, sino en nuestros hijos, en nuestros nietos y en nuestra generación venidera. Ese es el problema actualmente sobre las tierras, sobre la destrucción de las selvas, la contaminación de las aguas y nosotros actualmente estamos enfrentándonos a todo este problema, por conservar las montañas, las aguas y todo lo que es nuestro.
Digo que es nuestro porque a ellas debemos de conservarlas y si nosotros las conservamos, ellas nos sabrán mantener bien. La tierra tiene vida, las montañas tienen vida, las aguas tienen vida y tenemos que conservarlas como nosotros tenemos que conservarnos con vida.
También otro problema bastante grande respecto a las autoridades. Ninguna de las autoridades civiles, policivas y militares han querido respetar nuestra autoridad interna, ya que nuestra autoridad interna está conformada por los sabios, por los mayores, quienes entienden la comunidad, conocen la comunidad.
Nuestra autoridad interna ha sido maltratada por estas autoridades, por los alcaldes, por los gobernadores, quienes no nos entienden, quienes no entienden a la autoridad nuestra.
Ellos quieren imponernos autoridades que nosotros no conocemos, autoridades a las que nosotros no sabemos someternos, porque ellas solo están basadas por leyes que se han constituido para defender sus propios intereses. Nosotros tenemos que defender todo lo que es nuestro, nuestros derechos, tenemos que defender nuestros propios valores originados, tenemos que defenderlos porque estos son unos valores que desde siglos atrás hemos venido aprendiendo por medio de nuestros mayores. Ha sido definido de generación a generación, que los mayores nos los transmiten a nosotros.
Una de las causas de que las autoridades no nos entienden ni nos comprenden es porque ellos, en realidad, están fuera de las propias leyes, de las verdaderas leyes, las cuales nosotros entendemos y conocemos.
Las verdaderas leyes son de igualdad y comprensión los unos a los otros. Que entre nosotros no haya una dominación, que entre nosotros no haya sometimiento porque las autoridades de nosotros, ya sea el comisario, ya sea el cabildo, son iguales a cualquiera de nosotros. Allí no hay uno que sea mayor, todos somos iguales.
Actualmente los alcaldes y los inspectores han estado cambiando las autoridades nuestras por autoridades que a ellos les conviene, autoridades que les ayudan a ellos a mantener su politiquería, a mantener sus intereses económicos. También ellos han hecho que muchas gentes que no son de nuestra comunidad se mantengan en nuestras comunidades para así ellos tener la facilidad de dominarnos a todos. Actualmente estamos haciéndole frente a todo este problema.
También tenemos el problema de los parques nacionales, el parque Tayrona, también el parque de la Sierra Nevada, un lugar que es sagrado para nosotros, un lugar que desde siglos atrás nosotros lo hemos guardado, sabemos qué contienen sabemos que es la Sierra Nevada, que es las lagunas que allí hay para nosotros.
La Corporación de Turistas quiere hacer hoteles en esos lugares, hoteles en los que para nosotros nunca habrá entrada, ni para los verdaderos colombianos, ni para los que luchan por esta liberación, hoteles a donde solamente tendrán la entrada extranjeros, que también será un perjuicio bastante grande para nosotros los indígenas, para los tres grupos que conformamos allá. Porque esto está en contra de nuestra cultura, está en contra de nuestra organización. Actualmente estamos enfrentados a este problema para ver si no se hace ninguna clase de hoteles para que turistas y extranjeros lleguen a profanar nuestros lugares sagrados, a saquear nuestros lugares, a llevarse nuestra riqueza, que es una riqueza de nuestro país, una riqueza que corresponde a nuestra cultura. También esto da la entrada al Lingüístico de verano, a distintas religiones. Tenemos el problema dentro de la comunidad de hacerle frente a todos estos problemas ya que esta gente nos trae únicamente una división, logrando que no haya comprensión entre los unos y los otros. A los que comienzan a creer en otras religiones, a creer lo que les dicen los lingüísticos de verano, ya no defienden a su comunidad, defienden a los extranjeros, defienden a las religiones que no son originales, lo que significa que defienden a la gente de afuera.
Esto nos trae divisiones de incomprensión, metiéndonos distintos pensamientos de ser uno más que otro y de que uno ya comience a pensar en lo económico, de los que ya puedan tener más que los demás, y esto va en contra de nuestra misma cultura, de nuestra misma ciencia, de nuestro mismo idioma, de nuestra propia música y en contra de todo lo que es nuestro. También el Instituto de Artesanías quiere que nosotros nos dediquemos solamente a hacer artesanías, a que lo nuestro se comercialice y nosotros también estamos rechazando esto, porque hemos entendido que todos estos pensamientos distintos que nos traen, que se los va infiltrando en nuestra comunidad es para dividirnos, para que nos olvidemos de nuestra verdadera necesidad que es la tenencia de la tierra, de la comprensión de los unos con los otros.
Esta gente lo que busca es que las comunidades nos dividamos y que no nos comprendamos y que solamente nos entreguemos a comercializarnos y nos olvidemos de nuestra verdadera necesidad, la tierra.
Compañeros: Todo esto que he dicho es para denunciarlo ante el público ya que tenemos estos problemas respecto a la tierra, respecto a estos grandes terratenientes, la opresión por parte de las autoridades, la opresión para acabar nuestra cultura por medio de la Corporación Turística, por medio de distintas religiones de lingüísticos de verano, esto es para hacer una denuncia muy extensa. Este problema no se presenta solamente allá donde nosotros, sino en los distintos lugares, ya que se desconoce el problema nuestro.
También les pido sobre la necesidad de conformar una lucha unida. Debe de comprenderse que todos tenemos un problema y que este problema si lo vamos a resolver individualmente no lo vamos a ganar nunca, pero si unimos las luchas del campesino, las luchas del obrero, las luchas del estudiante y las luchas de nosotros los indígenas hay más posibilidad de que nos acerquemos a una liberación más inmediata, pero si cada uno vamos a luchar poniendo un grupo por un lado, otro grupo por otro lado, si cada uno va a luchar por una ideología distinta sin unir esa ideología de lucha, es una lucha que entre más días se nos hace más difícil, pero si comenzamos a unir esas luchas, se nos va haciendo más fácil.
Compañeros: Les exijo que de hoy en adelante todos ustedes vayan teniendo más conocimiento de los problemas nuestros, de los indígenas, de todo lo que es nuestra cultura, el por qué nosotros comenzamos a denunciar los problemas a la opinión pública. Necesitamos que los verdaderos colombianos que necesitan una liberación, comiencen también a luchar por recuperar esta cultura, nuestra propia música, nuestra propia cultura, nuestra propia ciencia, todo lo que es nuestro, todo lo que es típico, todo lo que es original, esto nos hace ser a nosotros orgullosos; yo me siento orgulloso de ser indígena y me siento orgulloso porque he entendido que no tengo una cultura y no tengo una ciencia ajena y no tengo una ciencia que me la hayan metido, una cultura dominante.
Debemos de ser orgullosos porque en Colombia todavía existe una ciencia y una cultura propia y si nosotros comenzamos a defender esa cultura, es una cultura de todos y no es solamente una cultura de nosotros los indígenas, no es solamente una ciencia de nosotros los indígenas, sino de todos los colombianos. Nosotros podemos aportar de lo que es nuestro para todos ustedes y ustedes aportarán para nosotros de lo que han aprendido ustedes, y nosotros aportaremos de lo nuestro a ustedes.

LATINOAMÉRICA INDÍGENA
Relatos y Leyendas
Ecoe Ediciones
Carlos Alzate Giraldo (Compilador)

oooooooooo

Oración por Marilyn Monroe

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Tí sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...

Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.

Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.

La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!

ERNESTO CARDENAL

"voces contra la globalizacion"


GRABADO DE THEODORE DE BRY

GRABADO DE THEODORE DE BRY
Pizarro suelta los perros, forma parte del diseño de la caratula del libro URSUA de William Ospina

THEODORE DE BRY FUE ALUMNO DE DURERO

Imágenes de América a través del Americae de Théodore de Bry (1528-1598), obra en numerosas entregas a la que dieron continuidad los herederos del autor, especialmente su hijo Johann Théodore (1561-1623). De Bry acerca a Europa una imagen recreada de América, fruto de las noticias y crónicas de viajes, entre otras las de Jean de Léry, Hans Staden, Antonio de Herrera, Sebald de Weert, Jerónimo Benzoni y fray Bartolomé de las Casas. Se trata de la visión gráfica más difundida a finales del siglo XVI y durante el XVII, hecha desde una perspectiva cultural eurocéntrica, por lo que las formas anatómicas de los indígenas y la arquitectura de las escenas no se ajustan con fidelidad a la realidad que se dice describir.


Americae forma parte de la serie de grandes viajes de De Bry y es una narración secuencial, seriada. Los libros dedicados a la conquista y colonización de los españoles, especialmente los basados en los textos de Benzoni, Novae Novi Orbis Historia, y de Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, forman parte de la llamada 'leyenda negra' (en la ilustración inferior, pobladores de Perú acusados de sodomía son devorados por los perros salvajes de Balboa).
El conjunto de estas ilustraciones es constituye una muestra excepcional de la aplicación comunicativa de la imprenta en la difusión de las novedades del mundo y de la temprana huella visual de sus trabajos.


La imágenes de los libros que se recogen, ceñidas al escenario iberoamericano, fueron editadas en diferentes entregas entre 1590 y 1634, muchas de ellas coloreadas. Se publicaron inicialmente en latín y alemán, pero su éxito obligó a sucesivas traducciones a otras lenguas.

RESCATAR LO QUE PERDIMOS

Durante la Eco-92, en Rio de Janeiro, 1600 científicos, entre los cuales había 102 Premios Nóbel de 70 países, lanzaron el documento Llamamiento de los científicos a la Humanidad. En él decían: «Los seres humanos y el mundo natural siguen una trayectoria de colisión. Las actividades humanas desprecian violentamente -y a veces de forma irreversible- el medio ambiente y los recursos vitales. Urge realizar cambios fundamentales si queremos evitar esa colisión a la que nos conduce el rumbo que llevamos».

Fue una voz en el desierto. Pero ahora, en el contexto actual, cuando los datos empíricos señalan las graves amenazas que pesan sobre el sistema de la vida, aquellas palabras adquieren actualidad. No conviene menospreciar el valor de aquel llamamiento.

Frente a la crisis ecológica podemos alimentar dos actitudes: señalar los errores cometidos en el pasado, que nos han conducido a la presente situación, o rescatar los valores, los sueños y las experiencias que dejamos atrás y que pueden ser útiles para inventar lo nuevo. Prefiero esta segunda actitud. Por eso vale la pena hacer un replanteamiento del momento presente enumerando, más que profundizando, diez puntos cruciales.

El primero es rescatar el principio de la re-ligación: todos los seres, especialmente los vivos, son interdependientes y son expresión de la vitalidad del Todo que es el sistema-Tierra. Por eso todos tenemos un destino compartido y común.

El segundo es reconocer que la Tierra es finita, un sistema cerrado como una nave espacial, con recursos escasos.

El tercero es entender que la sostenibilidad planetaria sólo estará garantizada mediante el respeto a los ciclos naturales, consumiendo con racionalidad los recursos no renovables y dando tiempo a la naturaleza para que regenere los renovables.

El cuarto es el valor de la biodiversidad, pues es la que garantiza la vida como un todo, ya que propicia la cooperación de todos con todos, con vistas a la supervivencia común.

El quinto es el valor de las diferencias culturales: todas ellas muestran la versatilidad de la esencia humana y nos enriquecen a todos, pues en lo humano todo es complementario.

El sexto es exigir que la ciencia se haga con conciencia, y que sea sometida a criterios éticos para que sus conquistas beneficien más a la vida y a la humanidad que al mercado.

El séptimo es superar el «pensamiento único» de la ciencia y valorar los saberes cotidianos, de las culturas originarias y del mundo agrario, porque ayudan en la búsqueda de soluciones mundiales.

El octavo es valorar las virtualidades contenidas en lo pequeño y en lo que viene de abajo, pues en ellas pueden estar contenidas soluciones mundiales, bien explicadas por el «efecto mariposa».

El noveno es dar centralidad a la equidad y al bien común, pues las conquistas humanas deben beneficiar a todos, y no -como actualmente- a sólo el 18% de la humanidad.

El décimo -el más importante- es rescatar los derechos del corazón, los afectos y la razón cordial, que fueron relegados por el modelo racionalista, y que es donde reside el nicho de los valores.

Estos puntos representan visiones humanas que no pueden ser desperdiciadas, pues incorporan valores que podrán alimentar nuevos sueños, nutrir nuestro imaginario y, principalmente, fomentar prácticas alternativas. Somos seres que olvidan y recuerdan, y que siempre pueden rescatar aquello a lo que no se le dio oportunidad en el pasado, para darle ahora la oportunidad de realizarse. Quien sabe si por ahí encontraremos una salida para la mortificante crisis actual.


Lonardo Boff

COMO FUERON CREADAS LA VIDA Y LA LUZ

Mito Chibcha de la creación

En el comienzo era la oscuridad. Todo estaba sumido en las tinieblas. La tierra era blanda y fría y nada crecía en ella. No había ni plantas, ni animales, ni belleza. Todo era desolación. No había hombres. Los únicos seres vivos sobre la tierra eran el dios Nemequene, su mujer y su hijo.

Nemequene quiso crear la vida y la belleza sobre la faz de la tierra. Así, tomando un poco de barro blando y frío modeló las figuras de los hombres y de los animales. Trabajó muchos días en su obra, pero los muñecos que hacía no tenían vida. No podían moverse ni respirar. Pasaron años y más años, y todavía no había sobre la tierra más que Nemequene y su familia.

Por último Nemequene llamó a su hijo y lo envió al cielo para que iluminara la tierra. El hijo de Nemequene llegó al cielo y se convirtió en Súa, el sol, para iluminar de pronto el mundo oscuro. Los brillantes rayos de Súa inundaron la tierra. El frío barro se calentó. Comenzaron a crecer hierbas, árboles y plantas. En donde antes había habido desolación, hubo lozanía y verdor. Comenzó a correr el agua, formando ríos y lagos.

Y el cálido sol puso vida en los muñecos de barro que Nemequene había hecho. Algunos de ellos se convirtieron en pájaros, que volaron y anidaron en los árboles de los bosques; otros se convirtieron en peces, que nadaron por las aguas; otros se convirtieron en animales y otros en seres humanos.

Sin embargo, las gentes creadas por Nemequene no eran del todo felices, pues la luz y el calor que Súa les prodigaba les llegaban solamente algunas horas. Cada noche, mientras Súa descansaba, volvía a reinar la oscuridad. Entonces las gentes acudieron a Nemequene y le pidieron ayuda.

Nemequene amaba a los seres que había creado y quería ayudarlos. De manera que subió al cielo y se convirtió en Chía, la luna. Así compartió la tarea de iluminar el mundo con su hijo Súa. Súa derramaba sus rayos de luz sobre la tierra de día, y Chía de noche. Desde entonces, las gentes creadas por Nemequene quedaron contentas, y nunca olvidaron de darle las gracias.

Además celebraban fiestas en honor de Súa y de Chía y a veces dedicaban sus hijos al sol y a la luna ¿amando a tales niños "Suachias" antes de darles nombres propios.

Así fue como se produjo la vida en el mundo, según lo recuerdan los chibchas, es decir, el pueblo de Nemequene.

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